Dr. Julio Zarco: “La objeción de conciencia es un pilar fundamental y cada médico, como humano, tiene una serie de valores y principios morales y éticos que no puede dejar de lado”
El próximo 24 de noviembre se celebrará en el ICOMEM una jornada internacional sobre humanismo y retos éticos en la asistencia sanitaria del siglo XXI. Entrevistamos al director gerente del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús y presidente de la Fundación Humans, Julio Zarco.
Este reconocido especialista participará en la jornada y que anuncia que “vamos a abordar temas candentes y de actualidad de interés general” y que será un encuentro transgresor y multidisciplinar “porque nos vamos a reunir diferentes profesionales procedentes de diferentes países y con opiniones diversas”.
¿Por qué cree que los colegios de médicos y farmacéuticos ha decidido hacer una jornada de reflexión sobre humanismo y retos éticos en la asistencia sanitaria del siglo XXI?
Porque actualmente el mundo tecnológico impregna toda nuestra asistencia y estos avances en ciencia y tecnología, en ocasiones, hacen que se pierda el centro del interés fundamental de la atención sociosanitaria: el factor humano.
¿Considera que la medicina, por culpa de la tecnología, se ha vuelto más fría?
Seguimos teniendo profesionales magníficos que ponen el foco en la atención psicosocial, en la biografía del individuo, en la empatía y la compasión. Pero es cierto que los profesionales más jóvenes, que sienten fascinación por lo tecnológico, pueden perder esa mirada humana. No obstante, humanismo y tecnología son compatibles y debemos encontrar el equilibrio.
En este contexto, además de la tecnología, también influyen otros factores socioculturales, pues hoy en día vivimos en un mundo transcultural con culturas diversas que tienen distintos esquemas éticos, culturales y antropológicos.
Desde tu punto de vista, ¿cuáles son los principales retos éticos de la asistencia sanitaria en el siglo XXI?
El reto más importante, sin ninguna duda, es garantizar la confidencialidad del paciente. Tenemos la posibilidad de tener grandes bases de datos realmente útiles que nos permiten tener un conocimiento muy amplio. Pero quien los maneja debe garantizar su confidencialidad.
El segundo reto es el transhumanista, que significa que lo tecnológico, evolutivamente, ya está dentro de lo biológico, de lo humano. Necesitamos presupuestos éticos que regulen toda esa implicación de lo tecnológico dentro de lo biológico.
En este mundo globalizado y tecnológico, ¿cómo se puede garantizar la confidencialidad de los datos de los pacientes?
Hemos visto que recientemente han hackeado los datos del Hospital Clínico de Barcelona y han obtenido las historias clínicas de los pacientes. Incluso teniendo la información encriptada, si hay alguien que sabe hackearla, los datos pueden estar en peligro.
Por tanto, las personas o entidades que disponen de los datos deben garantizar que únicamente se utilicen para el objetivo para el que se han obtenido. Además, debe haber una regulación bioética jurídica para que no se pueda hacer un uso inadecuado de los mismos.
Dentro de este esquema, los pacientes crónicos podrían verse aún más afectados por este asunto.
Aunque la protección de los datos y el trato humanista es igual de importante para todos los pacientes, debemos recordar que aquellos con enfermedades crónicas acuden con más frecuencia a diferentes sanitarios, por lo que sus datos se encuentran en muchas bases de datos y su nivel de vulnerabilidad es más alto.
Otro de los aspectos que se abordarán en la jornada de ‘Humanismo y retos éticos en la asistencia sanitaria del siglo XXI’ es la objeción de conciencia, un asunto que está muy presente en el debate social.
Sí, porque la objeción de conciencia es un pilar fundamental y cada médico, como humano, tiene una serie de valores y principios morales y éticos que no puede dejar de lado.
Creo que en muchas ocasiones la objeción de conciencia se pasa por alto de una manera muy frívola. Además, no está muy bien vista en algunos sectores porque se considera que es algo relacionado con las personas conservadoras. Sin embargo, la objeción de conciencia es importante en tanto en cuanto que el profesional es persona y tiene unos valores éticos como persona humana.
El día a día de un profesional sanitario, y de un médico concretamente, está plagado de toma de decisiones en las que pone en juego sus capacitaciones profesionales y su ética. Cuando ambas no concuerdan, existe el marco legal de la objeción de conciencia que permite que no lleve a cabo determinadas acciones siempre y cuando garantice que otro profesional, con otros valores distintos, pueda asistir a esa persona y no limite los servicios y la atención al paciente. La objeción de conciencia lleva implícita ambas cosas y eso es muy importante.
¿Teme que la objeción de conciencia esté en peligro?
No considero que esté en peligro, pero sí creo es que se hace poca pedagogía sobre la objeción de conciencia. Como decía, no es algo que esté relacionado con un sector conservador sino algo inherente a la profesión dado que son personas humanas las que trabajan en ello, con unos valores éticos concretos.
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