El Comité Científico de COVID-19 del ICOMEM publica un nuevo documento de posicionamiento sobre perspectivas del SARS-CoV-2 para 2023

03 nov 2022

• Los expertos indican que todo apunta a que las vacunas frente al covid-19 podrán administrarse asociadas a la vacunación antigripal sin particulares complicaciones

• El documento recuerda que el síndrome del covid-19 largo o poscovid-19 puede que siga afectando a una proporción muy elevada de los pacientes que sufrieron la enfermedad

El Comité Científico de COVID-19 y otros patógenos emergentes del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid publica un documento de posicionamiento sobre perspectivas de COVID-19 para 2023. 

 

Entre sus principales conclusiones, los expertos indican que las predicciones para un próximo fin de la pandemia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) deben interpretarse con precaución dado que sus positivas perspectivas podrían cambiar por una mutación importante en el virus que aumentara su virulencia.

 

La evidencia actual indica que la eficacia de una cuarta dosis de las vacunas clásicas ARNm (BNT162b2 o mRNA-1273) es baja y de corta duración para prevenir la infección de SARS-CoV-2 en su variante predominante (ómicron). No obstante, su eficacia es alta frente a la infección sintomática grave, hospitalización y muerte.

 

Las nuevas vacunas que están siendo introducidas son bivalentes y activas frente a las variantes ómicron. Entre las potenciales nuevas vacunas que se introducirán en el próximo año, se encuentra una vacuna basada en una proteína recombinante que emula el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína Spike (S) en desarrollo por la compañía española Hipra.

 

También están en desarrollo diferentes vacunas de administración nasal u oral, las cuales facilitarían las campañas de vacunación masiva gracias a sus ventajas: mayor estabilidad y vida útil de las vacunas, permiten la autoadministración, mejor cumplimiento y menores requerimientos tecnológicos para el almacenamiento, la distribución y el transporte.  

 

Vacunación simultánea de covid-19 y gripe

 

Por otro lado, los miembros del Comité indican en la publicación que todo apunta a que las vacunas frente al covid-19 podrán administrarse asociadas a la vacunación antigripal sin particulares complicaciones. 

 

A pesar de ello, el documento resalta que sería prudente separar las vacunas en aquellas personas que hayan tenido efectos adversos relevantes por alguna de ellas. Tampoco se recomendaría juntarlas en personas jóvenes, sobre todo varones menores de 40 años, en los que los efectos adversos pueden ser más frecuentes y el riesgo de ambas enfermedades es bajo. 

 

Según expone la publicación, en campañas futuras es probable que dispongamos de vacunas para la protección contra ambos virus en una única dosis e incluso contra SARS-CoV2 y neumococo. Esta estrategia reduciría los costes de organización, evitaría problema logístico que supondría realizar dos campañas de vacunación de forma casi simultánea y facilitaría la adherencia de la población.

 

No obstante, la eficacia y seguridad de este tipo de vacunas todavía están por demostrar en humanos.

 

Fármacos, mascarillas y covid-19 prolongado

 

Respecto a los fármacos frente a esta enfermedad, se encuentran en investigación tanto antivirales como antiinflamatorios, pero no parece ocurrir lo mismo con los anticuerpos monoclonales. 

 

Asimismo, el Comité de expertos ha recordado que la indicación de utilizar mascarillas en algunas circunstancias se mantendrá el próximo año en vista a la acumulación de datos científicos sobre su eficacia. 

 

Finalmente, el síndrome del covid-19 largo o poscovid-19 puede que siga afectando a una proporción muy elevada de los pacientes que sufrieron la enfermedad, requiriendo recursos diagnósticos y terapéuticos combinados.

 

Aunque hoy en día existen varios ensayos clínicos en marcha, no se dispone de un tratamiento específico para la covid-19 persistente. Recientemente, se ha constituido la Red Española de Investigación en COVID persistente (REiCOP) con el objetivo de incrementar la evidencia respecto y facilitar la atención a los afectados desde una visión holística y multidisciplinar a través de guías clínicas, actividades formativas, creación de un registro y el desarrollo y validación de una escala asistencial entre otras. Además, incluye el desarrollo de un modelo asistencial adecuado a las necesidades de los pacientes definiendo flujos de pacientes e incorporando la experiencia del paciente.