María Marqués Vidas, presidenta de SOMANE y nefróloga: “Los pacientes diagnosticados con insuficiencia renal son solo la punta del iceberg"

10 mar 2023
María Marqués Vidas, presidenta de SOMANE y nefróloga: “Los pacientes diagnosticados con insuficiencia renal son solo la punta del iceberg

Con motivo del Día Internacional del Riñón, el Colegio de Médicos de Madrid entrevista a María Marqués Vidas, presidenta de la Sociedad Madrileña de Nefrología (SOMANE) y nefróloga, para analizar la situación actual de las enfermedades renales en España.

¿Cuál es la situación actual de las enfermedades de riñón? 
 
En la actualidad, las enfermedades renales se suelen detectar en estadios avanzados. Los pacientes diagnosticados con insuficiencia renal son solo la punta del iceberg de los enfermos renales, ya que probablemente un porcentaje muy importante desconoce que la padecen. Además, la insuficiencia renal es uno de los componentes más de la enfermedad cardiovascular. Hay personas con hipertensión, diabetes y colesterol alto, que seguramente tengan también una enfermedad renal, pero pasa desapercibida hasta que está muy avanzada. 
 
¿Qué necesita el nefrólogo para poder mejorar la atención del paciente renal?
 
Si comparamos la situación de las enfermedades renales con hace veinte años, está de lujo. Ahora disponemos de herramientas terapéuticas muy potentes para prevenir la progresión y, lo que es más importante, para diagnosticar la enfermedad lo antes posible. Cuanto más precoz realicemos el diagnóstico, más eficaz será el tratamiento para evitar que el peciente llegue a diálisis. 
 
¿Por qué es importante la prevención?
 
Si un paciente llega a consulta en la fase inicial, seguramente necesite medicación y seguimiento médico de por vida, pero va a tener una buena calidad de vida. Eso desaparece completamente cuando nos llegan pacientes que están en la fase final de su trayectoria vital desde el punto de vista renal, lo único que se puede hacer es diálisis o trasplantar.
 
El trasplante es una técnica magnífica para mantener a los pacientes con vida. De hecho, ha cambiado la vida de la enfermedad renal en los últimos cuarenta años. Consigues que sobreviva el paciente, pero no le curas. Esto es algo que a los nefrólogos nos pesa mucho, prolongamos la vida, pero no somos capaces de resolver su problema.
 
¿Cómo se presenta el futuro de la enfermedad renal?
 
En el 2040, se estima que la enfermedad renal se convertirá en una pandemia. Habrá un porcentaje muy importante de pacientes en estadio avanzado y esto supone un gran despliegue de recursos. Actualmente, no tenemos un sistema sanitario que pueda soportar este peso. 
 
Por otro lado, también se prevé que en 2040 o 2050 la causa renal sea la quinta causa de muerte. Muy por encima de la muerte cardiovascular. Se puede apreciar claramente la mejoría de los pacientes cardiovasculares, ya no se mueren de ictus o infartos, sobreviven. Por tanto, después del Alzheimer seguramente la enfermedad renal sea la primera enfermedad de prevalencia más importante y de pérdida de calidad en unos veinte años.
 
¿Cuáles son los principales problemas que se pueden encontrar los enfermos renales?
 
El primer problema es el desconocimiento, esta enfermedad es muy poco conocida entre la población. El segundo es el diagnóstico tardío en pacientes con insuficiencia renal crónica avanzada.
 
¿Cómo es la relación médico y paciente?
 
La relación médico paciente renal es bastante peculiar y especial porque, en el caso de los pacientes crónicos, los acompañamos durante toda su vida. Por tanto, acabamos conociéndolos a ellos y a su familia. Esto tiene dos vertientes, una positiva y otra negativa. La parte positiva es que conocer a la persona nos facilita el tratamiento y, la parte negativa, es que a veces nos sentimos frustrados porque la evolución de la enfermedad no es buena. Los nefrólogos no curamos lamentablemente, solo paliamos la enfermedad. 
 
¿Qué mensaje lanzarías a tus compañeros nefrólogos?
 
Los nefrólogos deberíamos liderar el manejo de la enfermedad renal desde todos los ámbitos sanitarios porque es nuestra responsabilidad que los pacientes no lleguen a diálisis o a ser trasplantados. 
 
¿Y a la profesión médica en general?
 
No tengáis miedo a categorizar al paciente como enfermo renal. No les estigmatiza, al contrario, brinda al paciente la oportunidad de la detección precoz y el tratamiento de la enfermedad en las primeras fases.