Expertos internacionales debaten hoy sobre ética y humanización de la asistencia sanitaria en el Colegio de Médicos de Madrid

24 nov 2023

Médicos y farmacéuticos coincidieron en priorizar la asistencia ética y humanizada desde el inicio hasta el final de la vida, por encima de otros aspectos.

A la izquierda, el Dr. Manuel Martínez-Sellés, presidente del ICOMEM; a la derecha, D. Manuel Martínez del Peral, presidente del COFM
A la izquierda, el Dr. Manuel Martínez-Sellés, presidente del ICOMEM; a la derecha, D. Manuel Martínez del Peral, presidente del COFM
El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) han organizado la jornada internacional 'Humanismo y Desafíos Éticos en la Asistencia Sanitaria en Siglo XXI' que tendrá lugar en el día de hoy. El evento, avalado por la Comunidad de Madrid y por todas las facultades de medicina y farmacia de nuestra región, cuenta con el apoyo de otros colegios profesionales sanitarios y de numerosas instituciones.
 
El Dr. Martínez-Sellés, presidente del Colegio de Médicos, ha destacado que “a todos nos une la preocupación por garantizar una asistencia sanitaria ética y humanizada. En unos momentos, en el que el foco se pone en avances tecnológicos, es necesario volver a la esencia de nuestras profesiones, el trato humano y empático con nuestros pacientes, desde unos principios éticos que ya perfiló Hipócrates hace dos mil quinientos años”. Martínez-Sellés también ha mostrado su preocupación por la legislación actual que contraviene aspectos de la nueva versión del Código de Deontología Médica Español, recientemente aprobado: “Nuestro código es muy claro, incluye los artículos 38.4 El médico no deberá provocar ni colaborar intencionadamente en la muerte del paciente, 61.1 El ser humano es un fin en sí mismo en todas las fases del ciclo biológico, desde la concepción hasta la muerte. Es un deber deontológico respetar y proteger al concebido y no nacido y 64.1 El médico está al servicio de preservar la vida a él confiada en cualquiera de sus estadios.” También denuncia que “tanto la ley de eutanasia como la nueva ley del aborto tratan de limitar la objeción de conciencia, exigiendo que los profesionales sanitarios que quieran acogerse a este legítimo derecho reconocido en nuestra constitución y en la carta europea de derechos fundamentales, tengan que inscribirse previamente en un registro, una especie de lista negra que queda a disposición de las consejerías de sanidad”.
 
Antonio Molina, farmacéutico, también se ha referido a la necesidad de salvaguardar el derecho a la objeción de conciencia, como señala la sentencia de 2015 del Tribunal Constitucional. “Los farmacéuticos, en todas las especialidades, formamos parte de la punta de lanza sanitaria, que acoge, escucha, comprende y soluciona los problemas de millones de personas. El ejercicio de este importante derecho debería no sólo protegerse, como de hecho está, sino facilitarse, y normalizarse”, ha manifestado.
 
Tony Borg, profesor de derecho público en la Universidad de Malta ha centrado su intervención en la libertad de conciencia y el aborto. Se ha preguntado cómo es posible que coexistan la libertad de conciencia con un derecho reconocido en la mayoría de los sistemas legales de acceso al aborto. “El Tribunal Europeo de Derechos Humanos se ha mostrado firme en defender la libertad de conciencia en determinadas áreas como el servicio militar obligatorio; pero sin embargo en lo que respecta al aborto, no ha sido tan consistente ni tan vigilante”.
 
Bioética: médicos más humanistas
 
En esta jornada también ha podido oírse la voz de los pacientes. David Flores Ayestran, presidente de la Asociación Española de Enfermos DAVD-DAI, una enfermedad genética, degenerativa y que causa arritmias potencialmente mortales. “Uno de los pilares imprescindibles para mejora del paciente es colaborar con profesionales de la salud para que esa línea que nos divide sea cada vez más fina, por el bien del paciente y el crecimiento profesional del médico“.
 
Por su parte, Javier Font presidente de FAMMA – Cocemfe Madrid y de la Fundación 360 para la Autonomía Personal, ha defendido un enfoque integral y humanista de la asistencia sanitaria. “Son necesarios los médicos humanistas, con voluntad para comprenderlo todo, es decir, además de los conocimientos médicos debe ser ambicioso para conocer todo lo relacionado con la vida del paciente, en este caso de la persona dependiente. La bioética debe abordar las circunstancias de las personas con discapacidad, atendiendo a esfera personal de todo lo que le rodea a través de sus facetas bio-psico-social. Aunque en un principio la bioética nace muy pegada a la medicina, en el caso de la dependencia hay que hablar de ética asistencial. Todos los individuos deben ser tratados como seres autónomos y las personas que tienen la autonomía mermada tienen derecho a una protección singular”.
 
Tratar a los enfermos y no a las enfermedades
 
Tomás Chivato, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU, ha hablado de la importancia de volver a una medicina basada en la afectividad para que las tecnologías no irrumpan de manera negativa en la calidad de vida de los pacientes y de la importancia de la formación de los futuros médicos en valores éticos. “Es esencial formar a los futuros profesionales de Ciencias de la Salud en ética durante sus años de estudios en la Universidad. La tecnología y descubrimientos avanzan a gran velocidad, pero se está resintiendo la relación con los pacientes. Siendo importante la eficacia, la efectividad y la eficiencia de los diagnósticos y los tratamientos es muy importante en medicina mantener la afectividad. El Juramento hipocrático sigue plenamente vigente dado que hemos de practicar una medicina centrada en el paciente, no únicamente centrada en las pruebas o datos obtenidos”.
 
Sobre la necesidad de ofrecer formación en ética, Annette Hanson, de la Universidad de Maryland, ha abogado por proteger a las personas vulnerables. En este sentido, considera que la enseñanza de la ética médica es esencial para los médicos jóvenes. “Deben conocer los posibles conflictos de funciones y las complicaciones relacionadas con su práctica. Por ejemplo, un psiquiatra forense que trabaje en una prisión tiene el deber de preservar la seguridad de la institución, lo que puede obligarle a informar sobre el mal comportamiento o las amenazas a la seguridad que plantee un paciente. Del mismo modo, un psiquiatra forense que testifica en un caso penal puede causar daño a un evaluado si ese testimonio conduce al encarcelamiento o a la pena capital”.
 
Por último, el Dr. Rafael del Río, presidente del Comité de Deontología del ICOMEM ha pedido construir una alianza entre todos los profesionales sanitarios. “Hay que apuntar hacia una identidad sólida basada en el profesionalismo actualizado y centrado en el paciente, con una visión realista de la enfermedad y la muerte”, ha argumentado.
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24 de noviembre de 2023