Los psiquiatras Quintero y Correas publican 'Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad a lo largo de la vida'

30 mar 2006

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Aunque la mayoría de los jóvenes con conductas problemáticas en la adolescencia no presentan ninguna patología psiquiátrica de base, sí existen ciertos cuadros clínicos con los que se relaciona. "Tal es el caso del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que si no es correctamente diagnosticado y tratado en la infancia se convierte en un factor de riesgo para presentar trastornos de conducta y personalidad en la adolescencia e incluso en la edad adulta", explica el doctor Javier Quintero, Psiquiatra de la Fundación Jiménez Díaz, Profesor Asociado de la Universidad Autónoma de Madrid, y autor del libro "Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad a lo largo de la vida", presentado en el marco del XVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina del Adolescente de la A.E.P.




"Existe un porcentaje de niños que ya desde los albores de la adolescencia presentan dificultades para formar su personalidad, son niños que cuando llegan a la edad adulta han desarrollado una serie de carencias en su forma de relacionarse con el mundo, que con frecuencia evolucionan hacia un patrón disocial o border line. Podríamos estar hablando de niños con TDAH que han evolucionado mal o que simplemente no han sido tratados", puntualiza este experto.

En los últimos años se ha visto que el TDAH trasciende a la edad adulta en 1 de cada 3 casos, "una realidad que nos hizo plantearnos la necesidad de abordar este trastorno en su globalidad. Así surgió la idea de este libro, que es el primero en español que aborda el TDAH desde la infancia hasta la vida adulta", aclara el doctor Javier Correas, psiquiatra del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y co-autor de la obra.

El libro, que ha contado con el apoyo de Janssen-Cilag, está dirigido a todos aquellos profesionales que están en contacto con niños y adultos con TDAH, "dentro del contenido hay una parte más técnica, desde el punto de vista médico, que estaría más dirigida a psiquiatras, neurólogos, pediatras y médicos de familia, pero hay partes que en las que se abordan aspectos más psicológicos que pueden interesar tanto a psicólogos como pedagogos e incluso a profesores", explica el doctor Javier Correas, uno de los autores del libro y psiquiatra del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Patologías asociadas al TDAH

La mayoría de los niños y adolescentes con TDAH presentan además otros trastornos psiquiátricos asociados. Los más frecuentes son el trastorno negativista-desafiante (TND), del humor,y de ansiedad. Algunos ensayos clínicos cuyo objetivo era conocer la prevalencia de los trastornos comórbidos en esta patología observaron que los más frecuentes eran el TND y/o trastorno de conducta (con un 38 al 64 por ciento), los trastornos afectivos (entre un 34 al 21 por ciento) los trastornos de ansiedad (entre un 28 -16 por ciento de los casos). "Otras patologías asociadas, son los trastornos del aprendizaje que adquieren una importancia especial a la hora de acercarnos a un diagnostico precoz, ya que suele ser una de las primeras dificultades que presentan estos niños, junto con los problemas de conducta. También pueden aparecer otros problemas como son los de la coordinación, los trastornos por tics o los Trastornos generalizados del desarrollo o del espectro autista", señala el doctor Quintero.

Existen diferentes factores que condicionan la existencia de la comorbilidad en TDAH, algunos de ellos son de tipo biológico (sexo y edad), otros se refieren a los antecedentes de patología psiquiátrica en la familia y otros a características de la propia enfermedad como la edad de inicio del tratamiento o el subtipo de TDAH. "Así, la comorbilidad es más frecuente si el tratamiento se inicia de forma tardía, en el tipo combinado de la enfermedad, en niños (con respecto a las niñas) y en los casos con historia familiar de trastorno bipolar y TDAH", explica el doctor Correas.

Difícil diagnóstico

Si ya de por sí el diagnóstico del TDAH no resulta a veces sencillo, la existencia de comorbilidad en el paciente lo dificulta aún más. El motivo es que los síntomas del trastorno comórbido pueden solaparse y enmascarar los del TDAH. Además, "sabemos que empeora el pronóstico porque hace que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad tienda a cronificarse y su tratamiento resulte más complejo", añade Quintero.

Aún hoy el diagnóstico de muchos de estos niños llegan con demasiado retraso y eso repercute directamente sobre la evolución de la enfermedad: "Cuanto más tardío es el diagnóstico y su tratamiento, peor es el pronóstico", destaca Correas. Y aún peor, muchos casos no llegan ni siquiera a detectarse de manera que la patología avanza durante la adolescencia y hasta la edad adulta. "El problema del infradiagnóstico, más acentuado en las niñas, podría ser un factor de riesgo para el desarrollo de patología psiquiátrica en la edad adulta, como el abuso de sustancias, trastornos de la personalidad, del control de impulsos y cuadros de depresión y ansiedad", añade el doctor Correas.

En uno de cada tres niños con TDAH el trastorno trasciende hasta la edad adulta, siendo una de sus consecuencias más dramáticas el aumento del riesgo de consumo de sustancias. Según ambos expertos, "se han realizado numerosos trabajos con el fin de conocer la evolución de niños con TDAH en estudios de seguimiento hasta la adolescencia y parece existir una asociación entre la enfermedad y el Trastorno por Uso de Sustancias". Sin embargo, la causa directa de esta mayor prevalencia no parece ser el TDAH únicamente puesto que, de nuevo, son las patologías asociadas las que agravan esta circunstancia.

"Otros estudios han señalado que la presencia de TDAH por sí sola no aumenta el riesgo de abuso de sustancias, aunque si adelanta la edad de los primeros contactos o consumos de las mismas y que su combinación con un Trastorno disocial y otras comorbilidades, hace que el riesgo de abuso sea mayor", concluye el doctor Quintero. Por tanto, existe una relación entre TDAH y el riesgo de consumo abusivo de sustancias, aunque ésta parece estar mediada, al menos en parte, por la presencia de comorbilidades asociadas. Un correcto diagnóstico y una precoz intervención parecen ser las mejores forma de prevenirlo.