Estudio Afrodita: El uso de la citología vaginal en España es elevado, pero no suficiente

16 ene 2006

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Las mujeres mayores de 55 años, las que viven en zonas rurales y las de niveles sociales menos privilegiados no se realizan de forma óptima el test de Papanicolau o citología vaginal, la única prueba para la detección precoz de lesiones precancerosas que pueden evolucionar a cáncer invasor de cuello uterino (también denominado cáncer de cervix), un tumor que afecta cada año a 10 de cada 100.000 mujeres en España (unos 2.100 casos anuales de carcinoma invasor) y cuyo pronóstico es desfavorecedor cuando se detecta en estadios avanzados.




Así se pone de manifiesto en el Estudio Afrodita, un trabajo reciente realizado en España para evaluar la cobertura del cribado del cáncer de cuello uterino mediante citología vaginal a nivel nacional, basado en una encuesta a 6.852 mujeres de entre 18 y 70 años, de 17 comunidades autónomas.

Aunque las tasas de incidencia de este tipo de cáncer en nuestro país son de las más bajas de Europa, el Dr. Luis María Puig-Tintoré, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador de este estudio junto con el Institut Català d’Oncologia, comenta que "el cáncer de cuello de útero no ha desaparecido en España a pesar de que se está haciendo cribado, incluso sorprende que ha aumentado el número de casos en los últimos años. Esto nos llevó a querer conocer primero qué cantidad de pruebas se hacen, dónde y quién las hace y qué resultados se obtienen; saber el número de citologías anormales que obligan a hacer otros estudios y, por último, tener datos sobre el nivel de conocimiento de las mujeres sobre el objetivo de las revisiones y sobre la propia infección por el virus del papiloma humano".

En nuestro país disponíamos hasta ahora de una información limitada sobre la cobertura del cribado del cáncer de cuello uterino. Para los especialistas era importante cuantificar y monitorizar el uso de la citología para poder planificar y racionalizar su uso en un país con un cribado oportunístico como el nuestro, lo que motivó la puesta en marcha del Estudio Afrodita.

Situación de los programas de cribado en España

Los programas organizados de cribado poblacional mediante citología aunque con limitaciones han demostrado disminuir la incidencia y mortalidad derivada del cáncer de cuello uterino. Sin embargo, en España, quizás debido a las bajas tasas de incidencia tradicionales, la estrategia de realización de citologías ha sido oportunística en las revisiones ginecológicas y no ha habido programas de cribado poblacionales organizados.

Aunque algunas comunidades han ido adoptando las recomendaciones de los organismos internacionales para establecer protocolos de diagnóstico precoz del cáncer de cuello uterino, otras comunidades no lo hacen. Así mismo, existen datos, confirmados en el Estudio Afrodita, que muestran que el cribado oportunístico practicado lleva a la sobreutilización de la prueba en las mujeres más jóvenes, con más medios económicos y de bajo riesgo y a la infrautilización de la prueba en las mujeres mayores, con menos medios económicos y que más lo necesitan.

La citología o test de Papanicolau se basa en el estudio morfológico de células obtenidas del cuello del útero (epitelio cervical) para detectar posibles cambios precancerosos en el cervix o cuello del útero. Es una prueba que conlleva muy pocas molestias y que se suele realizar en los exámenes ginecológicos rutinarios.

Las diferentes sociedades médicas (Sociedad Española de Patología Cervical y Colposcopia, Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia y Sociedad Española de Citología) recomiendan de manera consensuada realizarse la primera citología a los tres años después del inicio de las relaciones sexuales o a partir de los 25 años. La frecuencia más recomendada para la repetición de la prueba es cada tres años, tras dos exámenes anuales con resultados normales. Una periodicidad inferior aporta escasos beneficios e incremente notablemente los costes.

Según explica el Dr. Puig-Tintoré, "estas pautas están internacionalmente aceptadas, lo que ocurre es que en España no se siguen bien. La ausencia de un cribado poblacional organizado motiva que las mujeres que no acuden voluntariamente a un control tengan un riesgo más elevado de desarrollar un cáncer.

Por otra parte, el cribado oportunista o a voluntad de la mujer, es poco eficiente, al reiterarse innecesariamente su frecuencia. La revisión ginecológica, aconsejable de forma periódica, no incluye realizar necesariamente cada año una toma citológica, que debe seguir las pautas de cribado aconsejadas. El contenido de la revisión variará en función de las características individuales de cada mujer, distintas a lo largo de la vida (adolescencia, madurez sexual, embarazo, premenopausia, menopausia o senilidad)".

Principales resultados por hábitat

El estudio Afrodita fue presentado a la comunidad científica por el Dr. Xavier Castellsagué, del Servicio de Epidemiología Registro del Cáncer del Institut Català d’Oncologia y autor del estudio, el pasado mes de noviembre en el marco de la XVII Reunión Anual de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia y, en líneas generales, pone de manifiesto una cobertura desigual del cribado de cáncer de cuello uterino en España. Aunque la cobertura general se acerca a la óptima del 80%, existen comunidades autónomas donde la cifra se aleja bastante de este resultado.

Así, las cifras oscilan entre una cobertura citológica del 85,3% de las mujeres en Canarias en los últimos cinco años hasta el 58,3% de cobertura en Extremadura.

Además de Canarias, las comunidades autónomas con una mayor cobertura de cribado de cáncer de cuello de útero son Madrid, La Rioja y Asturias. En el otro extremo se encuentran, además de Extremadura, las comunidades de Andalucía y Castilla-la Mancha.

Por último, el residir o no es una ciudad favorece el cribado de cáncer de cuello uterino. El 61,1% de las mujeres de pueblos con menos de 5.000 habitantes se han practicado una citología alguna vez frente al 77,6% de las de municipios con más de 200.000 habitantes.

Principales resultados por edad, frecuencia del cribado y estatus social

Además del lugar de residencia, la edad también influye en el cribado de cáncer cervical. Así, mientras que un 77% de las mujeres de entre 26 y 35 años se han realizado una citología, el porcentaje aumenta a 84% en el tramo de edad de entre 36 y 55 años y disminuye al 63% en las mujeres de más de 55 años.

También se observan diferencias respecto a la frecuencia de realización de las citologías. Mientras que el 41% de las encuestadas se habían sometido a la prueba hace menos de un año, el 69% se la habían hecho en los últimos tres años y el 73% en los últimos cinco años.

La clase social también resultó ser un factor influyente en la realización de citologías. Según pone de manifiesto el estudio Afrodita, el 59% de las mujeres situadas en el nivel más bajo de la escala social se habían realizado alguna vez una citología frente al 83% en el nivel más alto.

Información sobre la prevención del cáncer de cuello de útero

Además, de estimar la cobertura del cribado cervical mediante la técnica de Papanicolau en mujeres españolas, el estudio Afrodita tenía ciertos objetivos secundarios como conocer los factores asociados con el uso de la prueba, describir diferencias en los antecedentes obstétricos y ginecológicos de las mujeres españolas según grupos de edad y describir el grado de conocimiento de las mujeres españolas respecto a la citología vaginal y al virus del papiloma humano (VPH).

Según han demostrado diversos estudios, el VPH, concretamente los subtipos VPH 16 y el VPH 18, es la causa directa del desarrollo de más del 99% de los casos del cáncer de cuello de útero. Según los últimos datos epidemiológicos, el 75% de las mujeres padecen una infección por VPH en algún momento de su vida, generalmente poco después del inicio de su actividad sexual. Cualquier mujer sexualmente activa tiene riesgo de exposición a los VPH de alto riesgo que se transmiten por contacto piel con piel durante la actividad sexual.

Aunque se trata de una infección muy frecuente, la probabilidad de transmisión es mayor en las mujeres que inician sus relaciones sexuales muy jóvenes, en las que tiene varias parejas sexuales a lo largo de su vida y en las que, aún siendo monógamas, mantienen relaciones sexuales con hombres que han tenido a su vez varias parejas.

Según pone de manifiesto el estudio Afrodita, a un 73% de las mujeres nunca le han hablado de cómo prevenir o evitar el cáncer de cuello de útero. En el caso de las mujeres que respondieron afirmativamente a esta cuestión fue el ginecólogo su principal fuente de información.

A pesar de la frecuencia de la infección por VPH y su estrecha relación con el cáncer de cuello de útero, sólo un 38% de las españolas conoce el VPH, frente a un 51% que no sabía de su existencia.

De esta última parte de la encuesta se concluye que es necesario mejorar la difusión a la mujer de la información y utilidad de la citología cervical para la prevención del cáncer de cuello uterino.

Se prevé que entre 2006 y 2007 esté disponible una vacuna para prevenir la infección por los tipos más oncogénicos del VPH. La introducción amplia de esta vacuna en la población podría aumentar y complementar de forma notable la prevención conseguida por la realización periódica de citologías vaginales.