Las UCIs de 38 hospitales españoles buscan el antibiótico idóneo frente a las infecciones hospitalarias

02 dic 2005

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Un estudio que se ha llevado a cabo en 38 Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) españolas analiza cuáles son los antibióticos más utilizados e identificar los elementos deben ser tenidos en cuenta para seleccionar uno u otro tratamiento frente a las infecciones hospitalarias causadas por microorganismos grampositivos. En el estudio se observó que el fracaso terapéutico con la terapia estándar con vancomicina o teicoplanina es superior al registrado con linezolid en estas infecciones. En las UCIs, casi la mitad de las infecciones están producidas por estos microorganismos, siendo las neumonías asociadas a la ventilación mecánica y las bacteriemias relacionadas con catéteres vasculares las más frecuentes.




"En estas unidades, las resistencias de estas bacterias grampositivas son todavía más importantes debido a su alta prevalencia y elevada morbi-mortalidad asociada. Cada vez es mayor el número de bacterias grampositivas que se hacen resistentes a medicamentos frente a los cuales eran sensibles hace muy poco", ha señalado el doctor Francisco Álvarez Lerma, de la UCI del Hospital del Mar de Barcelona. En el estudio han participado más de 800 pacientes. Los datos de esta investigación se han presentado en la XVI Reunión del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) que se acaba de celebrar en Zaragoza.

Los antibióticos analizados han sido el nuevo fármaco linezolid y la terapia estándar con vancomicina y teicoplanina. Él primero de estos medicamentos pertenece a una nueva familia de antibióticos, las oxazolidinonas, que representan la principal alternativa para este tipo de bacterias resistentes. Los estudios disponibles han mostrado que, en los casos de neumonía adquirida en el hospital por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), linezolid, la primera molécula de esta familia, como tratamiento de primera línea frente a la terapia estándar con vancomicina, mejora las tasas de curación e incluso la supervivencia en el subgrupo de pacientes que precisan ventilación mecánica. Linezolid está comercializado en España con el nombre de ZYVOXID® por la compañía biomédica Pfizer.

Principales conclusiones

De las conclusiones del estudio el doctor Óscar Rodríguez Colomo, de la UCI del Hospital Clínico Universitario de Valencia y uno de los coordinadores de la investigación, destaca que "la vancomicina es el antibiótico que se utiliza con mayor frecuencia para las infecciones causadas por grampositivos en las UCIs españolas; que linezolid es el medicamento que más se utiliza en tratamientos de rescate y que tanto vancomicina como teicoplanina tienen un alto índice de fracaso terapéutico. Del total de pacientes a los que se cambió el tratamiento inicial, en un 26,2% fue por fracaso clínico. De estos, sólo un 1,7% estaban tratados con linezolid frente a un 45% con vancomicina y un 53,3% con teicoplanina". El doctor Álvarez Lerma añade que estos datos "vienen a avalar que linezolid es el antibiótico de mayor seguridad y mejor respuesta clínica".

A lo largo de un año, se evaluaron los tratamientos administrados a pacientes que ya estaban en estado muy grave cuando ingresaron en estas unidades. "Más del 55% de los pacientes", explica el doctor Rodríguez Colomo, "tenían sepsis grave o shock séptico cuando se les empezó a administrar el antibiótico. Esta situación ya comporta un riesgo de mortalidad bastante elevado. Una diferencia importante es que los pacientes tratados con vancomicina tenían una media de edad 10 años menor que los tratados con linezolid, lo que implica de entrada una mejor respuesta al tratamiento. Asimismo, los pacientes tratados tanto con teicoplanina como con linezolid estaban en estado más grave que los tratados con vancomicina. Teniendo en cuenta estos dos aspectos, mayor edad y gravedad, llama la atención que con linezolid se observó un mayor índice de curación (76%) frente a los otros dos grupos. En el tratamiento de estos procesos es fundamental que la terapéutica se inicie lo más precoz posible ante la menor sospecha de infección por grampositivos multirresistentes".

Situación actual: incremento de resistencias

El doctor Álvarez Lerma afirma que las resistencias están limitando las posibilidades de actuación de los antibióticos de uso habitual (betalactámicos o quinolonas), mientras que las tasas de curación de otros más específicos (vancomicina o teicoplanina) son muy bajas. "Los glicopéptidos, a los que pertenecen estos dos últimos antibióticos, han sido los medicamentos de elección durante los últimos años para los gérmenes multirresistentes. No obstante, su riesgo de dañar el riñón y su elevado índice de fracaso terapéutico plantea la necesidad de utilizar otros medicamentos más eficaces frente a patógenos resistentes".

Aún teniendo en cuenta estos datos, en la actualidad todos los estudios observacionales como el Estudio Nacional de Vigilancia de Infección Nosocomial (ENVIN) muestran un mayor consumo de los glicopéptidos (casi un 50% es para vancomicina y un 30-35% para teicoplanina) y sólo entre un 15-18% se trata con linezolid. "El precio de este fármaco hace que en la mayor parte de hospitales se limite su utilización a situaciones en los que los otros tratamientos hayan demostrado fracaso clínico, intolerancia o en pacientes con riesgo de insuficiencia renal, en los que los glicopéptidos están contraindicados. Es importante que se supere esta actitud dado que hay evidencias suficientes que avalan la superioridad de linezolid, en términos de respuesta clínica y supervivencia. Asimismo, la capacidad de penetración de este medicamento en los tejidos infectados es mucho mayor que la alcanzada por los glicopéptidos".

El doctor Rodríguez Colomo concluye que es necesario buscar el equilibrio cots-beneficio, es decir, la eficiencia. "Este equilibrio -continúa- se puede obtener si los profesionales cuentan con una información adecuada. Nuestra obligación es estar al día, conocer los estudios y evidencias acerca de nuevos tratamientos y antibióticos. Los medicamentos no sólo producen beneficios en cuanto a reducción de la mortalidad sino también de la morbilidad. En este sentido, si conseguimos que una infección se cure en el menor tiempo posible y sin complicaciones, estamos reduciendo la estancia hospitalaria, las secuelas transitorias o permanentes y los costes que esto implica. Y, lo que es fundamental, beneficiando al propio paciente".

Infecciones: primera causa de mortalidad

Las enfermedades infecciosas representan la principal causa de mortalidad en el mundo. Aunque hace unas décadas, los expertos creían que se podían eliminar o al menos controlar las infecciones, la realidad es que en la actualidad siguen siendo la principal causa de morbimortalidad en el mundo. Tres factores han influido, entre otros, en que se de esta situación: el aumento de resistencias a los antibióticos; la aparición de nuevos patógenos como la Legionella, el VIH, el virus del SARS, el de la hepatitis C o el incremento del número de pacientes cada vez más inmunodeprimidos (enfermos con cáncer, trasplantados, ancianos con patologías crónicas, etc).