Se cumplen 20 años de la primera litotricia renal extracorpórea en España
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Este año se cumple el 25 aniversario de la litotricia renal extracorpórea por ondas de choque, 20 años en España. Desde entonces, se estima que más de 600.000 españoles se han sometido a esta técnica desde su primera aplicación en nuestro país en 1984.
Según el doctor Enrique Pérez-Castro, director médico de la Clínica La Luz y director de la Unidad Litotricia Renal del mismo centro, "la litotricia renal extracorpórea por ondas de choque, técnica no invasiva que se utiliza para destruir los cálculos que se forman en el riñón, vejiga y uréteres, supuso una revolución en la Urología, hasta el punto de que, en la actualidad, sólo en el 5% de los pacientes con cálculos en el riñón o litiasis renal es necesario utilizar la cirugía".
Para llevar a cabo la litotricia renal extracorpórea por ondas de choque, se utiliza el litrotiptor, un aparato de alta tecnología que produce descargas eléctricas o electromagnéticas para generar ondas de choque.
El aparato se coloca en un extremo del cuerpo y, con un doble sistema de rayos X, se localiza el lugar en que se encuentran los cálculos, para enviar directamente las ondas, que atraviesan la piel, los músculos, la grasa y llegan al riñón. "Este procedimiento", explica el doctor Pérez-Castro, "no daña estos órganos, sino que sólo destruye las piedras, convirtiéndolas en fragmentos pequeños que pueden ser expulsados a través del tracto urinario".
Eficacia, seguridad y beneficios
España fue el segundo país en el mundo en introducir esta técnica, sólo precedido por Alemania. El doctor Javier Ruiz Marcellán, jefe del Servicio de Urología del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona, fue el primer experto en nuestro país en utilizar esta técnica en 1984 con un paciente gaditano.
"La litotricia renal extracorpórea por ondas de choque, frente a la cirugía, ofrece eficacia en la eliminación de los cálculos renales sin necesidad de hospitalización, con una sedación leve y sin lesionar la musculatura del paciente", afirma este experto. "Esto es muy importante si tenemos en cuenta que la mayor incidencia de litiasis renal se da en personas de 30 a 50 años, etapa de la vida en la que la actividad laboral es fundamental".
"Además", añade este experto, "esta técnica evita múltiples operaciones quirúrgicas, ya que la litiasis es una patología con un alto porcentaje de recidivas". Así, se estima que el 60% de los pacientes que ha tenido un cálculo tendrá otro antes de 10 años, el 35% antes de 5 años y el 15% antes de un año tras el primer episodio.
En cuanto a la eficacia de la litotricia renal extracorpórea por ondas de choque, el doctor Pérez-Castro afirma que "diversos trabajos y estudios realizados en la última década confirman la eficacia clínica, seguridad y sencillez de esta técnica".
Así lo pone de manifiesto un estudio retrospectivo de los resultados clínicos del Centro Sanitario de Litiasis Renal del Instituto Dexeus de Barcelona sobre 4.000 pacientes. Para la realización de este estudio, se recogieron los datos de 4.361 unidades renales tratadas y de 5.196 sesiones de litotricias practicadas en pacientes con una edad media de 48 años. El porcentaje de riñones libres de cálculos o con fragmentos residuales menores de 5 mm fue del 89% a los tres meses.
Historia de la litotricia renal
En 1966, las investigaciones llevadas a cabo por la compañía Dornier sobre los procesos de propagación de ondas de choque en vuelos supersónicos con el fin de mejorar los materiales de construcción de aviones, permitieron descubrir la transmisión inocua de ondas de choque mecánicas a través del cuerpo humano.
Cinco años después, en 1971, se conseguía la primera desintegración in vitro de cálculos renales mediante ondas de choque. Durante los siete años siguientes se realizaron investigaciones sobre la desintegración de los cálculos renales por ondas de choque, producidas mediante la descarga de un electrodo bajo el agua, así como ensayos in vitro e in vivo sobre la reacción de las ondas de choque enfocadas sobre los tejidos, para descartar la posible aparición de lesiones graves en tejidos vecinos tras la aplicación del tratamiento.
El 7 de febrero de 1980 en el Departamento de Urología de la Universidad de Munich se trató al primer paciente con un cálculo renal mediante la litotricia extracorpórea por ondas de choque en la Clínica Grosshadern de Munich. En España, después de su primera aplicación en 1984, el doctor Ruiz Marcellán comenta que "al principio, como ocurre con toda técnica innovadora, fue algo difícil de introducir. No obstante, los beneficios de la técnica, junto con la rápida aprobación por parte de las autoridades sanitarias estadounidenses de la utilización del equipo Dornier, propiciaron la extensión del uso de la litotricia renal extracorpórea por ondas de choque en nuestro país en 1986".
Ureteroscopia
El tratamiento de la litiasis urinaria se ha desarrollado en los últimos veinte años y a la aplicación de las ondas de choque para la destrucción de cálculos se han sumado técnicas como la cirugía renal percutánea (NLPC) y la ureteroscopia que han supuesto un profundo cambio en el tratamiento quirúrgico de la litiasis hasta permitir en la actualidad la eliminación del 95% de los cálculos renales.
En 1979, el doctor Pérez Castro desarrolló en el Hospital de La Paz en Madrid la técnica de la ureteroscopia, que permite el acceso a la vía urinaria del paciente mediante el uso de endoscopios de pequeño calibre. Un año después, este nuevo procedimiento se convirtió en un instrumento seguro y eficaz para el diagnóstico y tratamiento de las patologías asociadas al tracto urinario superior, especialmente en los casos de extracción directa de litiasis de pequeño tamaño y litofragmentación intracorpórea de cálculos de mayor tamaño. Con la extensión de estas técnicas no invasivas, las indicaciones de la cirugía abierta han disminuido de forma significativa, hasta convertirse en una opción a considerar en segunda o tercera línea de tratamiento.
Litiasis renal
Se denomina nefrolitiasis o litiasis renal a la formación de cálculos o "piedras" en el aparato urinario. Según el doctor Pérez-Castro, "la mayor parte de los pacientes con litiasis tiene algún trastorno en la absorción, metabolismo o excreción de los componentes de los cálculos, como el calcio, el ácido oxálico o el ácido úrico, de las sustancias inhibidoras de la formación de los mismos o de la acidez (pH) de la orina". En España, se estima el 5% de la población general tiene litiasis renal.
Los cálculos renales se forman en la pelvis renal, donde crecen sin producir síntomas En esta fase puede darse la aparición de sangre en la orina (hematuria). No obstante, "la manifestación más común de la litiasis renal es el cólico nefrítico, producido cuando un cálculo renal se desplaza a través del uréter, que es el conducto que comunica el riñón con la vejiga urinaria", explica el doctor Pérez-Castro. "Entonces, se produce una obstrucción al paso de la orina, se distiende el uréter por encima de la obstrucción y se produce un dolor intenso que característicamente empieza en la espalda y se irradia hacia los genitales".
Además, los cálculos renales pueden ser causa o consecuencia de infecciones frecuentes de la orina, por lo que puede aparecer fiebre, molestias al orinar y dificultad para la micción. Por último, con menor frecuencia, se pueden producir otros problemas médicos, como la nefrocalcinosis o depósitos de calcio en el tejido de riñón, cálculos coraliformes (moldes de calcio que rellenan la pelvis renal), insuficiencia renal, etc.