Las regulaciones actuales restringen el acceso a los medicamentos para el tratamiento del dolor crónico

19 oct 2005

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Más de cuatro millones y medio de españoles sufren dolor crónico y más de un millón lo experimenta todos los días, lo que lleva a asegurar a uno de cada cinco que su dolor es a veces tan severo que no puede tolerarlo más. Depresión, incapacidad para salir de casa, pérdida de trabajo… son algunas de las consecuencias del dolor crónico.



"Estos datos pueden resultar sorprendentes –afirma el doctor Manuel Rodríguez, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Carlos Haya de Málaga-. Sin embargo, no descubren nada que los especialistas en el manejo del dolor no conociéramos ya. Sabemos cómo el dolor puede destruir la vida de una persona, pero lo que sí nos sorprende y decepciona es el alarmante número de pacientes que no reciben tratamiento y de aquellos que lo reciben, el escaso porcentaje que está siendo tratado de forma adecuada".

Según los datos de la Sociedad Española del Dolor (SED), el 27% de los afectados con dolor crónico no recibe ninguna terapia y sólo el 14% de los enfermos está siendo tratado con los medicamentos indicados por los organismos internacionales para el dolor crónico intenso, "lo que hace que muchos pacientes continúen sufriendo dolor de forma continua hasta 10 y 20 años sin encontrar solución a este problema", afirma el doctor Rodríguez. De acuerdo con las directrices de la Organización Mundial de la Salud, para el tratamiento del dolor crónico moderado a severo se recomienda el uso de opioides menores o mayores según la intensidad del dolor junto con coadyuvantes.

Informe de la Sociedad española del Dolor

En los últimos meses, la Sociedad Española del Dolor ha desarrollado un trabajo de investigación para identificar los posibles factores que están limitando el acceso a los opioides mayores en el tratamiento del dolor crónico. "En su informe anual del 2004, el Comité Internacional para el Control de los Narcóticos declaró que en el mundo se hacía un uso insuficiente de los opioides, fármacos que señalaban como esenciales para tratar el dolor e identificaba varios elementos que estaban influyendo en ello. En esta dirección –explica el doctor Rodríguez- la SED ha promovido una investigación en torno a qué esta limitando el acceso a los opioides en nuestro país".

Según el Informe "Opioides y Dolor" de la SED, las regulaciones actuales en materia de opioides, que datan del año 1990, constituyen uno de los principales factores que está favoreciendo el inadecuado tratamiento del dolor. Así, en nuestro país, las recetas de opioides mayores deben ser cumplimentadas de forma diferente al resto de los medicamentos. En concreto, se deben rellenar dos recetas: la habitual y la denominada receta de estupefacientes, la cual exige una serie de información adicional sobre el médico y paciente que alarga los procedimientos administrativos.

"Además -explica el doctor Carlos Barutell, presidente de la Sociedad Española del Dolor-, un médico debe acudir personalmente a obtener los talonarios a diferentes organismos oficiales dependiendo de cada comunidad autónoma en una fecha y hora determinada. A esto se añade la limitación en la asignación de dichos talonarios. En algunas comunidades sólo se da uno que contiene 30 recetas y cada receta sólo permite un mes de tratamiento o hasta un máximo de cuatro envases, lo que hace duplicar los esfuerzos y dificulta la prescripción de opioides mayores".

En opinión del doctor Barutell, "las autoridades, en su deseo de prevenir ciertos problemas como el abuso o la adicción, han establecido regulaciones demasiado estrictas y en ocasiones desfasadas con las recomendaciones de organismos internacionales. Los tratados internacionales especifican que las políticas nacionales deben reconocer que los analgésicos opioides son necesarios para el alivio del dolor y es preciso adaptar las regulaciones a esta realidad".

"No pretendemos –aclara el doctor Rodríguez- que los opioides mayores estén disponibles para todos los pacientes con dolor crónico o que estos fármacos puedan tomarse sin evaluación ni control médico. El informe insiste en solicitar únicamente un e0quilibrio entre el uso y el control". En este sentido, el Informe de la SED reclama que las reglamentaciones en la prescripción no sean excesivas ni causen estigmas, incomodidades o gastos añadidos a los pacientes ni a los médicos y exigen una nueva regulación en el acceso a los formularios y su cumplimentación así como en la duración del tratamiento.

Imagen negativa

Cerca del 50% de los españoles considera que la diferente prescripción exigida a los opioides genera un clima de desconfianza y preocupación respecto al tratamiento y, por ello, el 51% opina que las recetas deberían ser similares a las de otros medicamentos. Estos datos provienen de una encuesta realizada en cinco países europeos (Gran Bretaña, Alemania, España, Italia y Suecia) para conocer la percepción de los ciudadanos sobre los opioides.

Esta encuesta ha venido a confirmar otro de los factores identificados en el Informe "Opioides y Dolor" como limitador en el acceso a los opioides: la mala imagen existente sobre estos medicamentos. A este respecto, sus resultados muestran que el 77% de los españoles considera que los opioides crean adicción, aunque más del 50% opina que utilizados de forma correcta no representan ningún riesgo. Esta encuesta llama además la atención sobre la imagen que se transmite de los opioides. Según el 53% de los encuestados, las informaciones sobre este tema suelen ser negativas y sólo el 7% considera que se ofrece una imagen positiva.

Con el objetivo de combatir esta mala imagen, el Informe "Opioides y Dolor" reclama la eliminación de las barreras mediante la información y la formación con campañas sobre la correcta utilización de los opioides mayores y sus beneficios cuando se administran de forma racional.

Factor económico

La escasez de recursos económicos para el tratamiento del dolor crónico es otro de los factores identificados en este informe. "En nuestro país, y a diferencia de lo que sucede en otros lugares, -señala el doctor Barutell- la disponibilidad de medicamentos modernos e innovadores no está limitada por las autoridades sanitarias. No obstante, en ocasiones el gravamen de ese tratamiento recae en el paciente, que debe asumir el coste total de estos fármacos". Según se afirma en el Informe Opioides y Dolor, "las autoridades deben reconocer el derecho de quienes padecen dolor crónico a acceder a los diferentes tratamientos existentes para controlarlo". Asimismo, la Sociedad Española del Dolor reclama la creación de más unidades del dolor. De las 100 unidades existentes en España, sólo entre 10 y 15 son multidisciplinares.