Expertos advierten: la IA ya está cambiando la sanidad

04 may 2025

La Inteligencia Artificial se consolida como herramienta clave en el entorno clínico, pero su implementación requiere formación, ética y colaboración entre profesionales.

El Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) fue el punto de encuentro para profesionales de la salud, la gestión del conocimiento y la innovación tecnológica, reunidos en una jornada organizada por Elsevier y BiblioMadSalud. Bajo el lema “Apoyándonos en la IA en Salud”, el foro ofreció una panorámica precisa sobre el impacto real de la Inteligencia Artificial en la práctica clínica y los desafíos que enfrenta su integración segura y efectiva.

 

María José Rebollo, presidenta de BiblioMadSalud, abrió la sesión destacando la necesidad de actuar con visión estratégica: “La IA no es el futuro, es el presente. Nos toca conocerla, entenderla y trabajar con ella. Y no hacerlo de forma aislada, sino en comunidad, con todos los actores implicados, afirmó, reivindicando el papel de las bibliotecas hospitalarias como aliadas en la transformación digital del sector.

 

Por parte de Elsevier, Begoña Señor puso el foco en el carácter multidisciplinar y práctico de la jornada: “No estamos mirando atrás, sino construyendo a partir de lo que ya hacemos. La tecnología nos acompaña y debe hacerlo con una visión ética, compartida y basada en experiencias reales”, señaló, destacando que los contenidos del foro nutrirán un informe de trabajo conjunto para futuras líneas de acción.

 

Carlos de Paladella, director regional de innovación de Elsevier, moderó el encuentro subrayando los principios que deben guiar el desarrollo de soluciones basadas en IA: “El primer compromiso es no generar daño. El segundo, actuar con responsabilidad y sentido crítico. El objetivo no es sustituir al profesional, sino ganarnos su confianza”.

 

Declaraciones y reflexiones de los ponentes

 

Concha Campos-Asensio, bibliotecaria hospitalaria, explicó cómo la IA ya se utiliza en revisiones sistemáticas, búsquedas expertas y recuperación de información científica:
“Puede apoyar en todas las fases del proceso, desde la formulación de la pregunta hasta la redacción final. Pero no sustituye al experto. A veces se inventa fuentes o comete errores. La supervisión humana es indispensable”, advirtió, reconociendo su potencial para reducir significativamente los tiempos de trabajo.

 

David Ezpeleta Echávarri, neurólogo de la Sociedad Española de Neurología, destacó la importancia de formar a los especialistas en ciencia de datos y presentó el proyecto Incubas, que une clínicos e ingenieros desde el origen del desarrollo tecnológico: La IA no reemplaza el juicio clínico ni la relación terapéutica. Pero sí amplía nuestras capacidades diagnósticas y operativas. Para que funcione, debe construirse desde dentro del sistema sanitario, no desde fuera”.

 

Mar Rocha, enfermera y experta en gestión del cuidado, describió múltiples aplicaciones de la IA en enfermería: desde la planificación personalizada y la priorización de pacientes, hasta el uso de simuladores para formación y herramientas para gestionar turnos o seguimiento domiciliario. La IA puede ayudarnos a liberar tiempo, pero no sabe abrazar ni detectar lo que no se dice. El juicio clínico y la comprensión humana siguen siendo insustituibles. Debemos estar en la mesa desde el inicio del diseño de estas herramientas, defendió.

 

Juan José Beúnza, médico internista y epidemiólogo, presentó desarrollos como cámaras térmicas para neonatos o algoritmos de detección de insuficiencia respiratoria infantil, señalando una condición imprescindible para su uso: No se trata solo de si la IA puede funcionar. Hay que demostrar que lo hace, y que lo hace bien, en el entorno clínico real. La validación es esencial. No puede haber atajos”, afirmó.

 

Nuria Malats, investigadora en epidemiología genética, abordó el reto de aplicar IA en investigación biomédica, especialmente en oncología:Estamos integrando datos genéticos, clínicos e imagenológicos para predecir metástasis o respuesta a tratamientos. Pero sin datos fiables, no hay ciencia válida. Invertir en calidad y estructura de datos es el paso que permitirá avanzar”, explicó.

 

Alfonsa Friera Reyes, radióloga, compartió la realidad de la implementación de IA en los servicios de diagnóstico por imagen:La IA ya está integrada en muchos equipos, optimizando dosis y tiempos. Pero la adopción de soluciones externas es cara, lenta y compleja. El potencial está ahí, pero la brecha entre lo técnico y lo operativo aún es grande”, reconoció.

 

Ernesto Barrera, médico de familia, aportó una mirada transformadora sobre el papel de la IA:No es solo una herramienta, es un orquestador del sistema. Redistribuye funciones y potencia nuestras capacidades. Pero también puede amplificar errores si no se usa con criterio. Los profesionales que sepan integrarla con espíritu crítico serán los que lideren el cambio, concluyó.

 

Una oportunidad, con condiciones

El encuentro concluyó con un consenso claro: la IA no sustituirá al profesional sanitario, pero redefinirá su forma de trabajar. Para que esa transición sea segura y eficaz, es necesario reforzar la formación crítica, promover la colaboración multidisciplinar y exigir validaciones rigurosas. La ética, la transparencia y la adaptabilidad serán pilares imprescindibles para asegurar que la tecnología no deshumanice el cuidado, sino que lo potencie. “La diferencia no la marcará la IA, sino cómo decidamos utilizarla”, fue una de las ideas más repetidas por los participantes.