Nuevo documento de consenso sobre la evaluación y tratamiento de la Hipertensión Arterial (HTA)
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La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo de muerte cardiovascular más fácil de controlar por el paciente. En la mayoría de los casos, la prevención precoz de esta enfermedad no se realiza porque la ausencia de síntomas en los pacientes dificulta en muchas ocasiones su diagnóstico a priori hasta que se produce una complicación más severa. De ahí la necesidad de hacer especial hincapié en la detección temprana de los pacientes que aún no han alcanzado cifras muy elevadas y de la prevención en los que todavía están sanos.
Conseguirlo pasa, entre otras cosas, por aunar conceptos y establecer criterios comunes para todos los especialistas que tratan esta patología. Con ese propósito nace la “Guía de evaluación y tratamiento de la hipertensión arterial 2008”, un documento de consenso en el que han participado 9 sociedades científicas españolas involucradas en el manejo del riesgo cardiovascular, que cuenta con la colaboración de la Fundación Astra Zéneca.
La Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN), la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC), Sociedad Española de Diabetes (SED), Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Sociedad Española de Nefrología (SEN) y Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) se han puesto de acuerdo para “que todos los médicos en España dispongan de las mismas recomendaciones acerca de la detección y manejo de los pacientes hipertensos, con independencia de que pertenezcan a una u otra sociedad científica”, explica el doctor Luis Miguel Ruilope, presidente de la SEH-LELHA. “Nuestro objetivo final ha sido mejorar el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial y, en consecuencia, conseguir una previsión más óptima de la patología cardiovascular”, añade este experto.
Hasta ahora, cada sociedad científica disponía de diferentes guías clínicas con distintas recomendaciones para el manejo de la HTA que, en ocasiones, generaba cierta confusión entre los profesionales a la hora de abordar esta enfermedad. En este sentido, el doctor Alejandro de la Sierra, responsable de las Guías añade que “de forma paralela, la Sociedad Europea de Hipertensión, en colaboración con la Sociedad Europea de Cardiología ha venido publicando una guía clínica de manejo de la HTA que no se adaptan totalmente a las peculiaridades de la población española. Por ello, uno de los principales propósitos de este documento de consenso ha sido adaptar los contenidos de la guía europea a la situación española.
Así, este especialista resume que “existen diferencias considerables entre las poblaciones de los países mediterráneos y los del norte de Europa. Aunque en todos ellos la enfermedad cardiovascular continúa siendo la principal causa de muerte, “los factores de riesgo y las manifestaciones clínicas son diferentes”, explica el doctor de la Sierra.
Objetivos de la Guía
En España, más de 10 millones de adultos son hipertensos, aunque todavía hoy un tercio de las personas que padecen HTA siguen sin estar correctamente tratado. Por esta razón, el objetivo final es contribuir en la mejora del control de la HTA en nuestro país como medio para disminuir la morbilidad por enfermedades cardiovasculares.
Según indica el doctor Ruilope, en esta guía se recoge que “la evaluación clínica de todo paciente hipertenso debe perseguir cinco objetivos: establecer si la hipertensión es sostenida y si el paciente va a beneficiarse del tratamiento; identificar la existencia de afectación orgánica; detectar la coexistencia de otros factores de riesgo vascular y descartar la existencia de causas curables de la hipertensión”.
Asimismo, esta guía hace hincapié en realizar una valoración del riesgo individual en cada paciente y se valore los principales factores que puedan asociarse a las cifras de presión arterial. Por otro lado, esta guía también presta atención a la importancia de la información que deben recibir los pacientes acerca del control de la HTA. “Las advertencias a los pacientes sobre su riesgo cardiovascular puede tener resultados positivos sobre la modificación del grado de riesgo y, en definitiva, sobre la prevención de la enfermedad cardiovascular”, indica el presidente de la SEH-LELHA.
Prevención precoz
Cada vez más cobra mayor importancia la prevención “temprana” de las enfermedades cardiovasculares y, así, lo recoge cada una de las nuevas ediciones de guías que publican las sociedades científicas. Por esta razón, poco a poco, estos manuales introducen nuevos grupos de pacientes con riesgo de sufrir un accidente cardio/cerebrovascular.
Según el doctor José Luis Zamorano, miembro del Comité de Guías de Práctica Clínica de la Sociedad Europa de Cardiología, “la sociedad está cambiando, la aparición de síntomas en un paciente va a ser mi fracaso como médico, puesto que no he sabido ejercer mis herramientas de prevención de manera efectiva. En la actualidad calculamos el riesgo cardiovascular a 10 años, lo que, en ocasiones, no refleja el riesgo real que puede tener el paciente en la edad adulta o cuando ya es demasiado tarde. Lo ideal sería poder hacer el cálculo a 20 años – tal como se realiza hoy en día en el Reino Unido – con el objetivo de ejercer un pronóstico a edades tempranas (30-40 años) de las posibles complicaciones que podrán surgir en torno a los 60 años de edad”.
Tratamiento de la HTA en España
El objetivo del tratamiento antihipertensivo es la reducción de la mortalidad y morbilidad cardiovascular asociada al exceso de presión. Para la consecución de dicho objetivo es necesario tratar, además de la cifras de presión arterial, todos y cada uno de los factores de riesgo asociados.
En esta guía se incluyen los tres conceptos fundamentales sobre el tratamiento farmacológico de la hipertensión: el beneficio se deriva principalmente del descenso de la presión arterial; existen cinco grupos principales de fármacos antihipertensivos para el inicio y continuación de la terapia (diuréticos, betabloqueantes, calcioantagonistas, IECA y ARA II) y en tercer lugar, la mayoría de los pacientes necesitarán más de un fármaco para el control adecuado de la presión arterial.
Una de las novedades de la guía hace referencia a la necesidad de utilización de combinaciones terapéuticas para conseguir el control de la HTA. “La capacidad de la monoterapia para controlar adecuadamente la HTA no alcanza a más de un 20-30% de la población hipertensa. En la mayoría de los casos es necesario una terapia de combinación”, explica el doctor De la Sierra.
En los casos de los pacientes de alto o muy alto riesgo cardiovascular –diabéticos de larga evolución o con enfermedad renal u otra enfermedad vascular establecida-, esta guía indica que podría ser necesario utilizar incluso más de dos fármacos en el 25% de los pacientes. En estas ocasiones, según los especialistas, el tratamiento farmacológico combinado produce reducciones de la presión arterial superiores a las obtenidas con cualquiera de los grupos de fármacos utilizados de forma aislada, además, alargan la duración del efecto antihipertensivo y permiten la utilización de dosis más reducidas lo que minimiza la incidencia de efectos secundarios y mejora el cumplimiento terapéutico.
La Hipertensión en España
Hablamos de Hipertensión cuando se detectan cifras de presión arterial igual o superior al valor que, por consenso, se ha fijado en 140/90 mmHg. La primera cifra es la llamada presión arterial sistólica y la menor presión arterial diastólica. En España, su incidencia entre la población general adulta es de aproximadamente un 35 por ciento, llegando hasta el 40 por ciento en edades medias y a más del 60 en las personas mayores de 60 años. Así, “afecta en total a unos 10 millones de individuos adultos y, por tanto, se considera un problema de salud pública”, explica el doctor Luis Miguel Ruilope, presidente de la SEH-LELHA.
Respecto al control se estima que en España el 90 por ciento de los individuos mayores se ha tomado la presión arterial al menos una vez en el último año. Según los últimos estudios, sólo el 32,8 por ciento de los hipertensos estaban correctamente controlados, porcentaje que bajó al 16,8 si consideramos los hipertensos que tienen otros factores de riesgo como la diabetes o la hipercolesterolemia, también importantes en el riesgo de desarrollar algún evento cardiovascular.
Sin embargo, los expertos insisten en que “contamos con los medios para que no haya ningún paciente hipertenso que no esté controlado”, señala el doctor Ruilope. Tanto las medidas higiénico-dietéticas como los fármacos han demostrado una gran eficacia, aunque siempre son las primeras las que se han de adoptar en un principio. Evitar el sobrepeso, realizar actividad física periódica y no fumar, son las claves para evitar riesgos. Además, está demostrado que su implantación evita, en muchos casos, la necesidad de utilizar fármacos. “Entre un 10 y un 15% de los pacientes hipertensos no tendrían que tomar medicamentos sólo con seguir estas recomendaciones”.