Nuestro colegiado, el Dr. Navío Niño, publica 'Prostatitis: Síndrome de Dolor Pelviano Crónico'

12 mar 2007

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El doctor Navío Niño, urólogo del Hospital Ramón y Cajal, acaba de publicar un interesante libro, "Prostatitis: Síndrome de Dolor Pelviano Crónico", de cuyo contenido nos informa además personalmente:




"La prostatitis o síndrome de dolor pelviano crónico es un reto para los urólogos por su naturaleza incierta, su compleja historia natural y el dudoso resultado de sus tratamientos. La clínica de estos pacientes se centra en dolor pelviano/perineal, alteraciones miccionales con aumento de frecuencia (tenesmo), disuria de grado variable y alteraciones de la esfera sexual como dolor posteyaculatorio y / o disfunción eréctil. La mayoría de las veces, el test de Stamey (prueba de los 4 vasos) que valora el cultivo y citología inflamatoria de la micción media, secreción prostática y micción postmasaje prostático, revela la presencia o no de bacterias, leucocitos y mocrófagos, según se trate de una prostatitis crónica bacteriana o abacteriana (síndrome de dolor pelviano crónico). Las pruebas de imagen y cistoscopia son tan poco determinantes que apenas se emplean.

Desde que en 1978 Drach establece la clasificación que ha quedado como clásica de las prostatitis, no se había hecho una revisión a fondo del tema hasta el año 1995 que el NIH americano (National Institute of Health) promueve la primera conferencia de consenso en Besthesda proponiendo una nueva clasificación. Posteriormente en la reunión de Washington de 1998 se acepta la clasificación propuesta en el 1995, se aprueban los criterios de inclusión / exclusión para ser aceptados y se priorizan la teóricas bases terapéuticas para obtener un máximo beneficio de acuerdo con las normas reguladoras de las autoridades sanitarias.

Tras una amplia revisión bibliográfica y de evaluación de un grupo de expertos y pacientes seguidos de estudios cognitivos y de valoración, se elaboró un índice de síntomas que incluye nueve preguntas que valoran los tres aspectos fundamentales: el dolor (localización, intensidad y frecuencia), los síntomas miccionales (irritativos y / o obstructivos) y el impacto sobre calidad de vida. Hoy es un instrumento de estudio fácil de aplicar.

Epidemiología: Los estudios epidemiológicos son una importante herramienta para conocer la historia natural de la enfermedad su curso clínico, factores predisponentes y etiológicos y los datos sobre incidencia y prevalencia; pese a lo cual su epidemiología ha sido menos estudiada que la del cáncer de próstata y la hiperplasia. No obstante, datos obtenidos de fuentes basadas en comunidades y ensayos clínicos están aportando informaciones útiles para dilucidar su prevalencia y demografía.

Al considerar su prevalencia (número de pacientes que padece la enfermedad en un momento dado), los resultados no son uniformes. Las cifras comunicadas por los grupos americanos y canadienses están en torno al 8% -10%, mientras las cifras más altas han sido aportadas por estudios realizados en Finlandia 14,2%. En el otro extremo la prevalencia asiática ha sido comunicada en una población de Singapur donde se evaluaron 1.078 varones con edades entre 21 y 70 años y solamente el 2, 7% presentaba diagnóstico de prostatitis Es el valor más bajo de prevalencia reflejado en la literatura.

Impacto económico: El que se trate de una enfermedad con un alto índice de recurrencia y un impacto negativo en la calidad de vida determina que los pacientes y la sociedad se vean afectados por un elevado coste. Los pacientes buscan el alivio de su enfermedad muchas veces de forma errática de consulta en consulta con acopio de tratamientos reiterativos que generan cierto grado de frustración debido en gran parte a la falta de estándar en el diagnóstico y tratamiento efectivo. Es deseable que la concienciación del uso de los recursos médicos y los factores asociados con el alto coste de los mismos nos conduzcan a un manejo más racional y eficiente

Dos estudios recientes demostraron que los costes pueden llegar a ser 1, 7 veces mayores en comparación con los varones no afectados de prostatitis y 1, 5 veces mayores que en pacientes con síndromes crónicos como la artritis. En un estudio realizado por Turner comprobó que el coste directo anual para pacientes con prostatitis fue de 2.410 dólares estadounidenses frente a los 1. 728 dólares estadounidenses en los pacientes control. La media del coste indirecto por absentismo laboral fue de 2.204 dólares estadounidenses. La pérdida de productividad en trabajo llegó a afectar al 79% de los encuestados y el 49% de los pacientes confesaban que les afectaba en su tiempo libre con una reducción del 20% en actividades de ocio.

Estimando el coste referido a la medicación y días de tratamiento, Medicare Fees 2003 comunica que el coste total para la curación durante un tratamiento de siete días con Cotrimoxazol era de 294,97 dólares estadounidenses y de 336, 97 dólares estadounidenses con Ciprofloxacino; en caso de tratamiento de 28 días sería de 462,9 7 dólares estadounidenses y 630,9 7 dólares estadounidenses respectivamente. La pérdida de productividad asumiendo que se pierde solo un día, seria 2 millones de pérdida salarial que costarían 82.400.000 dólares / año. Dado que las investigaciones microbiológicas y los hallazgos anatómicos no han sido lo suficientemente demostrativos, la importancia de los factores psíquicos debe ser considerada. En la próstata existen las mismas terminaciones del Sistema Nerviosos Autónomo que en otros órganos (estómago, bronquios, colon, vasos), los cuales han sido identificados como puntos claves de estrés.

Existe una mayor prevalencia de problemas psíquicos en pacientes con prostatitis (22%) que en la población general (11, 4%) y e160 % de los pacientes diagnosticados padecían estrés en el trabajo frente al 31% de las personas normales. Trastornos de ansiedad y rasgos depresivos (40%) eran también más frecuentes que en la población general (21 %). Estos pacientes reducen el número de contactos sexuales (65%) y deterioran las relaciones sexuales ya establecidas (43%) deforma significativa. Algunos autores han observado síntomas psiquiátricos mayores como pensamientos de autodestrucción en el 5% de los pacientes valorados.

Parece existir una relación directa entre el estrés psicológico, los síntomas de la prostatitis crónica y el comportamiento humano y sus relaciones de pareja que hacen necesario un acercamiento multidisciplinario donde la opción del psiquiatra es una opción a valorar dependiendo de la severidad del trastorno psicológico creado".