La hemorragia postparto es la causa del 23% de la mortalidad de la mujer en el parto

06 jun 2008

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El 23% de los casos de mortalidad de la mujer durante el parto en nuestro país se debe la hemorragia posparto, según los últimos datos que maneja la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). “La hemorragia posparto es actualmente la principal causa de mortalidad materna durante el parto. Es una complicación urgente que muchas veces no está suficientemente valorada y que requiere una respuesta y un tratamiento adecuado. Por ello, es fundamental disponer de estrategias preventivas para evitar el mayor número posible de ellas, o por lo menos, sus consecuencias más graves”, asegura el doctor José Manuel Bajo Arenas, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).




En la situación más desfavorable, destaca este especialista, la hemorragia posparto “es una complicación potencialmente mortal asociada tanto con el parto vaginal como con la cesárea y, en el mejor de los casos, priva a la madre de los primeros momentos con su hijo recién nacido”. Además, destaca el presidente de la SEGO, “actualmente, las hemorragias posparto se presentan en nuestro país entre el 5 y el 15% de todos los partos”.

La causa principal de la aparición de hemorragias es la denominada atonía uterina. Ésta se produce si una vez que la mujer ha expulsado el bebé y la placenta, no se origina en su interior una potente contracción uterina, que hace que se cierren todos los vasos sanguíneos situados en la zona (vasos uterinos). Esta acción permite que el sangrado sea mínimo, evitando que la mujer se desangre. “La atonía uterina puede aparecer por una prolongación del tiempo en la tercera fase del parto (el periodo de alumbramiento) que es un momento clave para evitar la aparición de complicaciones en el parto”, asegura el doctor Bajo Arenas. Además, este especialista resalta que en la mayoría de los casos de hemorragia uterina “ocurren sin factores de predisposición, es decir, que el médico no puede darse cuenta de lo que va a ocurrir. Es por este motivo que la prevención de la hemorragia resulta fundamental”.

Estrategias de prevención

Las estrategias preventivas no son actualmente una práctica generalizada en los hospitales españoles. “Desde las sociedades científicas nacionales e internacionales se recomienda aplicar medidas de prevención, conocidas como manejo activo del alumbramiento, a todas las mujeres tras el parto. Sin embargo, las estrategias preventivas no son actualmente una práctica generalizada en los hospitales españoles”, señala el doctor Juan Carlos Melchor, presidente de la Sección de Medicina Perinatal de la SEGO.

“El manejo activo del alumbramiento consiste en aplicar una serie de tratamientos para conseguir una menor duración del alumbramiento. De esta manera, se logra disminuir las hemorragias, la tasa de anemia y, por tanto, se requiere una menor necesidad de transfusiones de sangre”, destaca el doctor Melchor. En concreto, para evitar la atonía uterina, los especialistas utilizan fármacos uterotónicos, que poseen la capacidad de mantener contraído el útero. “Si el útero está contraído, por la acción de los uterotónicos, se evita la hemorragia por la presión que ejercen las fibras musculares”, detalla el doctor Juan Carlos Melchor.

Nuevas alternativas

En el campo de la prevención, se han venido desarrollando distintas líneas de investigación encaminadas a lograr alternativas cada vez más eficaces. Una de ella es Duratobal® (Carbetocina), de la compañía biofarmacéutica Ferring, que acaba de comercializarse en nuestro país. Es el primer medicamento análogo de la oxitocina de acción prolongada indicado para la prevención de la hemorragia posparto en el parto por cesárea y su función es ayudar a la contracción uterina, indispensable para prevenir la hemorragia post parto.

 “Carbetocina –resalta el doctor Bajo-Arenas- actúa de una forma rápida (dos minutos) y es el primer agente oxitócico de acción prolongada de manera que sólo se tiene que administrar una vez, en una única inyección intravenosa. Una dosis única de Carbetocina es suficiente para mantener una adecuada contracción del útero evitando la atonía uterina y el sangrado uterino. De esta forma, se evitan los posibles errores de dosificación de la infusión continua y resulta, además, mucho más cómodo tanto para el médico, que no tiene que estar controlado la infusión, como para la paciente”.

Para el doctor Juan Carlos Melchor, “los estudios realizados con este medicamento han mostrado que su uso se acompaña de una menor necesidad de medidas de rescate: como la necesidad de recurrir a un oxitócico o masaje uterino. Asimismo, con su administración se registra una menor pérdida hemorrágica posparto que con la oxitocina (medicamento estándar hasta el momento) con un perfil de seguridad similar. Y además, se ha comprobado que sólo una pequeña cantidad pasa a la leche materna, por lo que no representa un problema de seguridad para el lactante”.