Aumentan las alergias infantiles por los hábitos de vida de las ciudades industrializadas

01 mar 2007

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La aparición de la alergia en niños viene determinada por factores genéticos y ambientales. Si bien los aspectos genéticos o hereditarios no han variado en los últimos años, los segundos si han sufrido una importante transformación que ha dado lugar a un aumento considerable de los casos de alergia pediátrica.




Según la Profesora Anunciación Martín Mateos, pediatra del Servicio de Inmunología y Alergia Pediátrica del Hospital San Juan de Dios – Hospital Clínico de Barcelona y miembro de la Comisión de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), "el tipo de alimentación, el régimen de vida de las grandes ciudades, la contaminación y las infecciones virales precoces, favorecen el incremento de la alergia en los niños. De hecho – añade la experta – en las ciudades industriales con una alta densidad de población, la tasa de casos de alergia es muy superior a la que existe en las zonas rurales".

Aunque las cifras de prevalencia varían según las zonas, se sabe que el aumento se ha producido tanto en la alergia alimentaria, como en la alergia respiratoria (asma y rinitis). Asi, "mientras que la incidencia de la alergia a la leche de vaca ha crecido hasta alcanzar entre un 1,5 y un 2,5%, el asma infantil por causa alérgica oscila en torno a un 10%". Los factores climáticos también inciden en este sentido ya que la prevalencia depende de ellos. "Los cuadros de asma alérgica por ácaros en niños son más frecuentes en las zonas mediterráneas con clima templado y alta densidad de población, que en las rurales con clima más extremo".

Tipos de alergia infantil

Las enfermedades alérgicas mas frecuentes en el niño son la alergia a alimentos, que se presenta en general durante el primer año de vida, y la respiratoria, que suele estar "escondida" hasta los 3 ó 4 años, momento en el que se manifiesta claramente. La alergia alimentaria encuentra sus causas principalmente en la leche de vaca y en el huevo, tiene buen pronóstico y suele desaparecer entre el segundo y el cuarto año, aunque en algunos casos – como alergia a frutos secos o pescados – puede prolongarse durante toda la vida. Otra enfermedad alérgica frecuente es la dermatitis atópica y es excepcional la alergia a fármacos en el niño.

El asma del lactante o bronquitis disneizante de causa infecciosa viral en niños con predisposición alérgica es, posiblemente, la enfermedad más preocupante tanto para las familias como para los pediatras. En estos casos el diagnóstico temprano y el tratamiento acertado son esenciales para conseguir que la enfermedad desaparezca. Según la profesora Martín Mateos, "es muy importante que se diagnostique pronto a los niños con bronquitis disneizante alérgica, ya que su tratamiento es diferente del que se indica cuando tiene otras causas. Si están tratados correctamente, el alergeno está bien identificado, se utiliza la inmunoterapia correcta y se aplican las medidas ambientales necesarias, los síntomas pueden desaparecer en el curso de 3 a 5 años y el niño llegará a la vida adulta asintomático y con función respiratoria normal".

¿Alergia en primavera?

Si bien los meses primaverales disparan los casos de alergia en adultos, en los niños esto no suele ser así. En estos casos la alergia no entiende de meses. "El asma o la rinitis por alergia a pólenes en pediatría es menos frecuente que en el adulto, de ahí que las consultas por alergia en los niños, se produzcan durante todo el año", explica la profesora.

Inmunoterapia, la mejor alternativa

La inmunoterapia es el único tratamiento que consigue cambiar la respuesta del sistema inmunitario del niño alérgico para poder tolerar un alergeno, que los demás toleran adecuadamente. "La terapia consiste en introducir pequeñas cantidades del alergeno causante de la patología en el niño para que su sistema inmunológico lo reconozca y genere unas defensas que evite que éste le produzca ningún daño, ni enfermedad", explica la profesora. La inmunoterapia está indicada siempre que exista una sintomatología clínica de asma o rinitis alérgica, se haya identificado el alergeno y se aplique correctamente el tratamiento.

Resulta difícil hablar de prevención cuando se trata de alergia pediátrica. Si bien los factores ambientales cada vez juegan un papel más determinante en el desarrollo de cuadros alérgicos, la causa genética es también determinante. Es un hecho inevitable que cuando una madre padece una alergia activa, su hijo tenga posibilidades de sufrir alguna patología de este tipo. Aún así, si se sabe que el niño ha nacido con una carga genética familiar de alergia, se recomienda la lactancia materna y una serie de cuidados ambientales.

La lactancia materna, produce una protección inmunológica muy importante para el bebé. La leche de la madre tiene anticuerpos específicos frente a las principales infecciones que la madre ya ha padecido y que se transmiten al niño, protegiéndole frente a esas mismas infecciones. De este modo, "el niño está protegido y habremos conseguido retrasar el desarrollo de la alergia", destaca la experta. En el caso de que el niño hubiera desarrollado alergia a la leche de vaca, durante la lactancia materna la madre no debe tomarla, para evitar traspasarle las proteínas de la leche de la vaca al bebé a través de su leche.

Alergias Múltiples

Resulta relativamente frecuente que un niño que padezca asma sufra también dermatitis atópica o alergia alimentaria. Y es que algunos alergenos tienen proteínas comunes. Por ejemplo, los ácaros domésticos y las gambas, desde el punto de vista filogenético, pertenecen a la misma especie, de ahí que algunos niños tengan alergia a ambos.

Existen diversos síndromes descritos que hablan de alergia cruzada, como el síndrome látex-fruta. "Los niños que son alérgicos al látex, lo son también a algunas frutas (como el plátano, el kiwi o la castaña), cuyo árbol tiene relación botánica con el árbol que produce el látex". Además, hay niños que tienen alergia alimentaria múltiple, es decir, tienen alergia a numerosos alimentos.