El H. Ruber Internacional implanta la última versión del robot Da Vinci para el cáncer de próstata

29 jun 2006

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El uso de la robótica para el tratamiento de los pacientes con patología prostática maligna ha supuesto, en los últimos meses, un gran paso cualitativo tanto en el quehacer de la cirugía urológica, como en el pronóstico de los pacientes. Tras la implantación hace tan sólo unos meses en nuestro país del robot quirúrgico Da Vinci (hay dos en funcionamiento, en Barcelona y en Bilbao), ha llegado al Hospital Ruber Internacional de Madrid una nueva versión mejorada del mismo: el robot Da Vinci S. Se trata del primer aparato de este tipo que se instala en Madrid y el segundo en Europa. Según el doctor Antonio Allona, jefe de Servicio de Urología del Hospital Ruber Internacional, "este nuevo modelo supone ventajas de comodidad respecto al modelo anterior no sólo en el campo de la urología, sino también en otras especialidades quirúrgicas".




La prostatectomía radical laparoscópica robótica (extirpación de la glándula prostática para el tratamiento del cáncer de próstata) es, por el momento, la intervención que más se beneficia de esta nueva herramienta, ya que el uso del robot quirúrgico permite trabajar con mayor precisión y mejor libertad de movimientos que con la intervención laparoscópica convencional. Además, la visión que proporciona es tridimensional, dando la sensación de estar dentro del abdomen", explica el experto.

El nuevo modelo Da Vinci S es más compacto, cuenta con instrumentos mejorados más fáciles de manejar y, además, ofrece al cirujano la posibilidad de tener acceso a alguna información radiológica que se almacena dentro de la misma herramienta.

Ventajas para los pacientes

El uso del robot Da Vinci S simplifica la intervención quirúrgica, consiguiendo reducir su duración y mejorar la visión y, en consecuencia, los resultados que se obtenían hasta ahora con la laparoscopia convencional, aunque aún no existen evidencias científicas al respecto. En este sentido, "se espera mejorar las tasas de preservación de la potencia sexual y de continencia urinaria adecuada después de la cirugía", explica el doctor Allona. Asimismo, supone una mejora en la recuperación del paciente que, al someterse a una intervención con movimientos robotizados, padece menos dolor durante el postoperatorio.