Dra. Dolores Prats Sánchez: “Los médicos jóvenes están muy bien preparados y tienen más recursos pero les falta cierta empatía hacia el enfermo”

05 feb 2018
Dra. Dolores Prats Sánchez: “Los médicos jóvenes están muy bien preparados y tienen más recursos pero les falta cierta empatía hacia el enfermo”

Ha recibido la Insignia de Oro como Colegiada Miembro de Honor del ICOMEM en la celebración del 51.º Día del Médico Jubilado del ICOMEM, junto con el Dr. Jesús Sevilla Lozano

  • ¿Por qué eligió estudiar Medicina?  ¿Se ha arrepentido en algún momento?
 
Escuchaba conversaciones entre mis hermanos mayores, y sus amigos (cuando me dejaban) comentando sus experiencias universitarias. Lo pasaba muy bien con una chica que estudiaba Medicina y con un médico que estaba recién licenciado. Quizá aquellas historias,  algunas todavía  las recuerdo,  pudieron influir en mi elección. Desde tercero de Bachillerato pensaba que iba a ser médico, aunque en mi familia no había antecedentes de profesionales médicos.
 
  • ·¿Por qué recomendaría elegir esta disciplina a los estudiantes que estén dudando si hacerlo o no?
 
Es delicado y difícil recomendar la elección de una carrera universitaria y todavía más si se trata de Medicina ya que depende de muchos factores personales. Les sugeriría  visitar un hospital y hablar con los médicos jóvenes, menos jóvenes y mayores para que les aclaren sus dudas.
 
  • ·¿Qué momentos de su trayectoria le han marcado tanto a nivel profesional como personal?
 
Me resulta difícil encontrar momentos porque ha sido una trayectoria cargada de sucesos. Cuando yo estudié Medicina, no había formación postgraduada. En los últimos años de la carrera procurabas contactar con algún servicio médico, quirúrgico o especialidad, que te aceptara para asistir, en tus ratos libres, a las consultas; o pasar visita a los enfermos ingresados; o que te dejaran entrar en el quirófano y ver cirugías.
 
Conocía a la Dra. M.ª Teresa D’Ocon, especialista en Anestesiología, formada en Inglaterra, que trabajaba con el Prof. Alfonso de la Peña, Catedrático del Servicio de Urología del Hospital San Carlos (precisamente en el edificio en el que está el Colegio de Médicos ahora) y me permitieron asistir al quirófano con ella para ayudarla y poder ir aprendiendo la especialidad de Anestesiología.
 
En 1959-60 un americano regaló al Prof. Peña un riñón artificial, ideado en USA por el americano Dr. Kolf y el austriaco Dr. Watschinger, para el tratamiento de la insuficiencia renal aguda mediante hemodiálisis. El profesor de la Peña preguntó a todos los médicos del Servicio si estaban interesados en hacerse cargo del riñón para poner el tratamiento en marcha. Todos dijeron que no. Solo la Dra. D’Ocón se ofreció a hacerse cargo. En el verano de 1960 viajó a Linz y después a Viena, al Hospital Allgemeines Krankenhaus donde trabajaba el Prof. Watschinger. En el verano de 1960 pasó  tres meses aprendiendo las técnicas de diálisis y laboratorio necesarias para el control de los  pacientes. Después  continuó yendo cada verano,  por lo menos un mes, bastantes años. A su vuelta, con la ayuda de tres estudiantes de Medicina: Servando Maqueda, José M.ª Marcos y yo, se hizo la instalación necesaria para la primera hemodiálisis, que se realizó  el 4 de noviembre 1961.
 
Con material que el Prof. de la Peña había traído de USA, también se realizó la primera Diálisis Peritoneal de cuatro cambios de líquido de diálisis al mismo paciente. Era un enfermo urológico con pielonefritis, litiasis renal bilateral y anuria, que no mejoraba con antibióticos.  Ambas técnicas  se hicieron al mismo paciente con un intervalo de 15 días. El enfermo fue dado de alta mejorando del fracaso renal agudo. 
 
En 1962 se trasladaron la mayoría de los servicios médicos y quirúrgicos del Hospital de San Carlos en Atocha al Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria. Sólo quedaron en Atocha Psiquiatría, una Medicina Interna, una Cirugía General, Urología y un Laboratorio de Análisis Clínicos reducido. Dos años después, fuimos trasladados al Hospital Clínico actual, donde se reinstalaron la hemodiálisis, la  diálisis peritoneal y el  laboratorio atendido también por nosotros, con un  Fotómetro de Llama y un Ureómetro de cristal. Se continúa  dentro del  Servicio de Urología pero ya con nombre propio, Unidad de Regulación Humoral y Diálisis.
 
En 1964 se crea la Sociedad Española de Nefrología. En 1965 la Unidad de Regulación Humoral y Diálisis adquirió suficiente identidad y autonomía asistencial para independizarse de su origen y  pasar a ser el Servicio Central de Regulación Humoral y Diálisis. Es a partir de 1965 cuando los tratamientos  de HD y DP también se empiezan a realizar en pacientes con Insuficiencia  Renal Crónica.
 
En 1970 se consigue un cambio importante en nuestro Hospital. Se inaugura una sala con ocho riñones artificiales nuevos y de última generación. Se instala el tratamiento de depuración de agua para la hemodiálisis. También se monta el Laboratorio. Además, se inicia en el Hospital la Formación de Médicos Residentes. Desde 1970  el número de pacientes con  IRC  aumenta a pesar de intentar tratar los más posibles con HD y DP  y se empieza a pensar en un Programa de trasplante renal.
 
En febrero de 1977 se aprueba oficialmente la Nefrología como Especialidad Médica independiente. Ya vigente la ley 30/1979 de 27-10-79 sobre extracción y trasplante de órganos de donante cadáver, se solicitó y se concedió por el Ministerio de Sanidad la acreditación reglamentaria como Centro Extractor de órganos para su Trasplante para el Hospital Clínico.
 
El 28 de agosto de 1980  se realiza  la primera extracción de órganos y el primer trasplante renal de donante cadáver en nuestro  Hospital por un preparado equipo quirúrgico. 
 
La primera época de estudiante de Medicina y médico joven es la que más me marcó por la dedicación que supuso poner en marcha nuevas técnicas con tan poca ayuda,  buscando bibliografía, inventando soluciones, y gracias a la colaboración que los estudiantes de Medicina tuvieron para llevar a cabo estos tratamientos.
 
  • ·¿Qué avances médicos son los que más le han sorprendido en estos años?
Sin duda destacaría aquellos relacionados con mi especialidad: el riñón artificial y la hemodiálisis para el tratamiento del la insuficiencia renal; la técnica y tratamientos con Diálisis Peritoneal Continua Ambulatoria (CADP), que permite al enfermo realizar en su casa el tratamiento y el trasplante renal y la mejora progresiva de los resultados técnicos y la tipificación tisular. 
 
Pero también considero fundamental la investigación que hay detrás de los Premios Nobel de Medicina de 2018 a los doctores James  P. Allison y Tasuku Honjo, galardonados por sus descubrimientos sobre la terapia contra el cáncer mediante la inhibición de la regulación inmune negativa. El descubrimiento hecho por los dos científicos aprovecha la capacidad del sistema inmune de atacar las células cancerosas liberando los frenos en las células inmunes. 
 
  • ·¿Cómo ve un médico con  tanto bagaje profesional a las nuevas generaciones?
Llevo once años jubilada y aunque he continuado acudiendo al hospital, por enfermedades de familiares y propias, me siento un poco alejada ya de las nuevas generaciones de médicos. Sin duda están muy bien preparadas y tienen muchos más recursos que los que tuvimos nosotros. Pero creo que hay aspectos básicos que tienen que mejorar. A veces da la impresión de que a los médicos jóvenes les falta empatía  hacia el enfermo.
 
  • ·¿Qué papel juega el Colegio de Médicos en su andadura particular? ¿Qué aspectos debería mejorar?
Desde las  últimas  elecciones, el Colegio de Médicos ha cambiado y mejorado en todos los aspectos. El actual equipo directivo está consiguiendo modificar viejas actitudes y adecuarse a la época que estamos viviendo. Se están realizando muchas actividades interesantes y lleva una buena marcha. Por motivos personales no he podido disfrutar de las actividades que ofrece para los jubilados. Espero estar todavía a tiempo.
 
  • ·¿Qué significa que esta institución le haga entrega de este reconocimiento?
Significa mucho. Es un honor inesperado porque nunca imaginé que yo iba ser condecorada así. No he trabajado pensando en premios ni en el escalafón ni en la obtención de méritos. He trabajado con gusto porque he hecho durante mi vida profesional lo que quería hacer que es ser médico y tratar enfermos utilizando tratamientos nuevos para enfermedades renales que no tenían, anteriormente, curación aunque también se viven situaciones duras.