Dr. José Augusto García Navarro (geriatra), sobre las derivaciones de ancianos a hospitales: "Lamentamos que la lucha política nos haya puesto en medio de la discusión cuando se ha hecho una labor personalizada de cada traslado"

15 jun 2020
Dr. José Augusto García Navarro (geriatra), sobre las derivaciones de ancianos a hospitales:

El actual presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología ha salido al paso ante las críticas vertidas sobre las derivaciones de ancianos desde las residencias a los hospitales durante la pandemia del coronavirus. Aclara que no se puede afirmar que se hayan prohibido estos traslados para lo que aporta un dato: se han realizado 10.300 derivaciones desde residencias a hospitales desde el 1 de marzo hasta el 5 de junio. Con estas declaraciones zanja esta polémica y solicita un cambio de modelo socio-sanitario de las residencias en el futuro. Asimismo, reconoce que el desarrollo de la Geriatría es desigual en España, y que en Madrid sería aconsejable implantar esta especialidad en aquellos centros hospitalarios que no la tienen y reforzar la colaboración con la Atención Primaria.

 
  • ¿Cómo habéis vivido los especialistas en geriatría y gerontología esta crisis?
Para los geriatras ha sido una crisis que ha puesto a prueba nuestra resistencia física y emocional, al igual que para otros muchos especialistas. Pero, al trabajo intenso que hemos desarrollado en los hospitales, hemos tenido que sumar el trabajo hecho en residencias. Ha sido un trabajo de valoración geriátrica y adecuación de recursos para los geriatras hospitalarios, y de valoración y tratamiento in situ para aquellos geriatras que trabajan en residencias. No ha sido fácil para nosotros ver cómo en el día a día de la epidemia las personas más afectadas eran las personas mayores.
 
  • ¿Cuál es vuestra postura, ante las críticas vertidas sobre las derivaciones de ancianos desde las residencias a los hospitales durante la pandemia del coronavirus, debate que sigue abierto y con acusación de abandono?
El trabajo realizado desde los servicios hospitalarios de geriatría de Madrid ha sido muy intenso: con 24 equipos trabajando de lunes a domingo de 8:00 a 22:00 horas, con puntas de hasta 200 derivaciones por día, y con 10.300 derivaciones desde residencias a hospitales desde el 1 de marzo hasta el 5 de junio. Además, no se puede afirmar que se hayan prohibido derivaciones. Estas valoraciones siempre han intentado ubicar al paciente en el mejor nivel asistencial para su tratamiento que, muchas veces, es la propia residencia de mayores. No hay que olvidar que muchos de estos pacientes tienen una afectación leve o moderada y no necesitan un traslado hospitalario que le podría suponer un mayor riesgo. Otros pacientes tienen una situación terminal y, en muchos casos, también es más adecuado tratarlo en el entorno más habitual para él si se puede garantizar su atención. Ha sido un trabajo personalizado, dinámico, en contacto con los médicos y enfermeras de la residencia y siempre buscando el mayor beneficio para todos los pacientes. Lamentamos que la lucha política nos haya puesto en medio de la discusión cuando la labor ha sido personalizada a cada traslado en personas muy complejas que requerían precisamente la valoración de especialistas.
 
  • Teniendo en cuenta que el aislamiento puede afectar negativamente a las afecciones crónicas que suelen padecer nuestros mayores, ¿cómo cree que debe ser la desescalada para las personas mayores?
La desescalada debe realizarse lo antes posible, pues el confinamiento ha supuesto un incremento de los problemas para las personas mayores: pérdida de masa muscular y movilidad, incremento de los problemas de depresión y ansiedad, e incremento del deterioro cognitivo y trastornos del comportamiento en pacientes con demencia. Pero les pedimos especial precaución para evitar aglomeraciones y para usar las medidas preventivas (mascarilla, lavado de manos y distancia de seguridad) a las personas mayores con más enfermedades crónicas, al ser este segmento de población el más afectado.
 
  • Alrededor del 50% de las muertes ocasionadas por el coronavirus se han producido en residencias de mayores, según cálculos de la OMS. ¿Cuáles podrían ser las razones de una cifra tan abultada?
El coronavirus se ha propagado enormemente en las residencias de mayores por tres grandes grupos de causas. En primer lugar, porque las residencias son espacios de convivencia con difícil sectorización para aislar enfermos contagiosos donde habitan personas con dependencia física y, muchas veces, cognitiva avanzada y con muchas enfermedades crónicas. Son un espacio favorable con personas muy susceptibles. En segundo lugar, porque tanto los equipos de protección individual como los test diagnósticos y la medicalización de las residencias llegaron muy tarde, dando un tiempo precioso al virus a progresar. En tercer lugar, porque en los últimos años, a pesar de que cada vez llegan personas con mayor carga de enfermedad (de media siete enfermedades crónicas, algo más de la mitad con demencia y con un consumo de once medicamentos diferentes), las residencias han mantenido unos ratios de personal muy bajos, especialmente los referidos a enfermeras y médicos. Este modelo ha de sufrir una profunda revisión. Estos porcentajes se repiten a lo largo y ancho de todo el mundo occidental. En España, decimos que, del total de muertos por coronavirus, el 30% (sólo casos con test realizados) se han producido en residencias. En Canadá, un 82%; en Francia, un 51%; en Noruega, un 58%... Y así en todo el mundo occidental.
 
  • Vamos a dejar de un lado la crisis sanitaria de la COVID-19 para centrarnos en su especialidad. ¿Cómo valora la situación de la Geriatría y Gerontología?
El desarrollo de la Geriatría en desigual en España, con dos comunidades autónomas que no la tienen implantada en sus territorios en contra de todas las evidencia científicas, como son el País Vasco y Andalucía. En el resto, el desarrollo es desigual y aún falta implantarla en todos los hospitales del sistema nacional de salud. En Madrid, existe implantación en los hospitales de la región, pero sería recomendable que aquellos que no tienen una estructura de servicio hospitalario vayan avanzando poco a poco hacia su constitución. También mejoraríamos la atención si, en cada área sanitaria, se incrementa el número de camas de rehabilitación funcional para ayudar a la rehabilitación de los pacientes geriátricos post-hospitalización ayudando, además, a descongestionar los hospitales de agudos y a facilitar el retorno a domicilio. Y, por último, hay que reforzar la colaboración con la Atención Primaria como ya están haciendo algunos servicios hospitalarios y extenderla a toda la región.
 
  • ¿Cuáles son, en su opinión, las necesidades que hay que cubrir en la atención de este grupo de población?
Hay que garantizar una hospitalización en fase aguda en manos de especialistas en Geriatría, especialmente para las personas mayores con mayor fragilidad y capacidad de recuperación funcional. Cada vez más, en los hospitales, los geriatras están trabajando de forma transversal con otros especialistas para adecuar los tratamientos a personas complejas: trabajo conjunto con traumatólogos, con oncólogos, etc. Este trabajo hay que seguir potenciándolo. También es necesario acompañar en la recuperación funcional a los pacientes que han sufrido una pérdida de la misma secundaria a enfermedades o a una hospitalización. Aquí es donde sería muy bienvenida una mayor disponibilidad de camas de recuperación funcional. Por último, la Geriatría debe ser un soporte para los médicos de Atención Primaria en los enfermos mayores complejos siempre que sea solicitada su actuación. Este papel de consultor también es muy útil para los médicos de las residencias de mayores, muchas de las cuales no disponen de especialista.
 
  • El lema “Envejecer, ¿un desafío?” del próximo Congreso Nacional de la SEGG que ha pospuesto su celebración para junio de 2021 va a permitir abordar el envejecimiento en muy diferentes vertientes. ¿Puede resumir algunos de los ejes de actuación necesarios para conseguir un envejecimiento activo?
Envejecer de forma activa es como ir en coche: necesitas un motor, combustible y un conductor. El motor es el ejercicio físico, el combustible es la dieta adecuada y el conductor en mantener la mente activa. Por lo tanto, para envejecer de forma activa es recomendable hacer ejercicio físico de forma habitual, realizar una dieta mediterránea equilibrada y mantener la mente activa leyendo, conversando, manteniendo relaciones sociales, viajando, etc. Por eso, España es un lugar idóneo para envejecer de forma activa. Nos acompaña nuestra dieta y nuestro clima. Y, si aparece la enfermedad, especialmente en personas de edad muy complejas, es clave garantizar el acceso al geriatra tanto en la fase aguda como de seguimiento.