Dr. David Martí: "En torno al 20% de los pacientes ingresados por COVID moderado o grave pueden presentar alguna manifestación cardiaca"

28 may 2020
Dr. David Martí:

Hace menos de un año, el doctor David Martí era elegido presidente de la Sociedad Castellana de Cardiología (SCC). Actualmente, compatibiliza este cargo con el de Adjunto del Servicio de Cardiología del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid. En esta entrevista, explica cómo se han organizado los profesionales de esta especialidad durante la pandemia de la COVID-19. El Dr. Martí alerta de las complicaciones en el sistema cardiovascular detectadas por el virus SARS-CoV-2 tales como daño o inflamación miocárdica, arrítmias o fenómenos trombóticos.

 

  • ¿Qué cambios ha advertido, en las últimas semanas, en lo que respecta a la organización asistencial en Cardiología para adaptarse al nuevo escenario planteado por la COVID-19?

La pandemia por COVID-19 ha sido el mayor reto sanitario para nuestra generación y ha llevado al límite a los sistemas sanitarios de las principales potencias del mundo. Como dato ilustrativo, en un momento dado, ha habido más de 16.000 pacientes hospitalizados en la Comunidad de Madrid. En nuestra especialidad, los esfuerzos han sido muy significativos. Ante todo, ajustando nuestro día a día para poder dar soporte a pacientes con COVID-19, lo que ha significado el cese de toda actividad no urgente, el establecimiento de turnos de trabajo, la cobertura de compañeros de baja, y la incorporación inmediata al trabajo en otras unidades. Una vez superada la mayor incidencia de casos, estamos llevando a cabo un sustancial trabajo de vuelta a la normalidad que incluye identificación de pacientes prioritarios, reestructuración de agendas, actualización de protocolos… Todo ello, con las medidas preventivas pertinentes para la mayor protección del paciente y del profesional.

  • El órgano diana de la COVID-19 es el pulmón. No obstante, también produce daño en otros órganos. ¿Qué complicaciones se han detectado a nivel cardíaco y cuáles son los motivos por los que este virus ataca al sistema cardiovascular? 

Efectivamente, la vía de entrada a la célula del virus es el receptor ACE2 que, además de expresarse en neumocitos, se encuentra presente en células vasculares y del músculo cardiaco. Esto justifica una amplia constelación de manifestaciones cardiovasculares tales como daño o inflamación miocárdica, arrítmias o fenómenos trombóticos. En conjunto, en torno al 20% de los pacientes ingresados por COVID moderado o grave pueden presentar alguna manifestación cardiaca.

  • La comunidad médica de Wuhan ha dado a conocer la aparición de trombosis en un 20% de los pacientes que pasan por UCI. ¿A qué puede deberse la aparición de esta patología en pacientes que ya han pasado la enfermedad? ¿Qué relación puede tener con el SARS-CoV-2? 

Sabemos que la trombosis es una complicación frecuente en toda patología aguda grave, pero se está trabajando la hipótesis de que esta complicación sea aún más frecuente en pacientes con COVID-19. El virus y la inflamación pueden afectar a las células de los pequeños vasos sanguíneos, y esto favorecería la trombosis. Recientemente, un trabajo del Mount Sinai de Nueva York ha sugerido que la anticoagulación de los pacientes puede ser beneficiosa, pero aún debemos corroborar estos resultados, y balancear frente al riesgo de sangrado en cada caso concreto.

  • ¿Qué otros problemas de corazón, lípidos o diabetes pueden estar relacionados con la COVID-19? 

Aún nos encontramos en una fase muy inicial del conocimiento de la patología, pero es interesante mencionar un pequeño estudio en supervivientes de SARS-CoV-1 que mostró una alta incidencia de alteraciones metabólicas y lipídicas a largo plazo, por mecanismos aún no bien conocidos. Dada la similitud estructural entre ambas especies de coronavirus, será importante vigilar y optimizar los parámetros de riesgo vascular en estos pacientes.

  • ¿Deben los pacientes con alguna patología cardiovascular previa tomar medidas especiales de protección frente a la COVID-19? ¿En qué consistirían estas medidas?

Como es lógico entender por el mecanismo explicado anteriormente, la patología cardiovascular preexistente puede incrementar el riesgo de infección y, sobre todo, de infecciones más graves. Por ello, las medidas más importantes son las higiénicas y preventivas a fin de reducir la tasa de contagio, tales como el uso de mascarillas o lavado frecuente de manos. Ha habido controversia, alimentada por las redes sociales, sobre el efecto de algunos hipotensores en la severidad de COVID-19, pero disponemos de información creciente de su seguridad. Sobre todo, aconsejamos evitar cambios arbitrarios de medicación, así como un estricto control tensional en pacientes vulnerables para evitar complicaciones sobreañadidas.  

  • ¿Qué lecciones extrae la Cardiología de esta pandemia? 

Si tengo que subrayar una lección para la Cardiología y cualquier otra especialidad, ha sido la capacidad de trabajo en equipo, el sacrificio del colectivo y la disposición de todo el personal sanitario para vencer esta dramática pandemia.

  • ¿Es la COVID-19 el catalizador para que el médico incorpore la tecnología en su consulta? ¿Qué herramientas digitales han demostrado ser útiles para el cardiólogo para atender al paciente de forma virtual? 

En mi opinión personal, el trato directo y cercano con el paciente no puede ser completamente sustituido por la atención virtual. Partiendo de esta premisa, sin duda la actual situación de alarma sanitaria ha llevado a potenciar la monitorización telemétrica y las teleconsultas o videoconsultas. Seguramente estas habilidades adquiridas servirán para complementar la atención en el futuro, pero confío en que poco a poco podamos seguir retomando el trato presencial de muchos pacientes.

  • ¿Supondrá la COVID-19 un cambio en la formación académica de los cardiólogos? ¿Qué contenidos considera clave en los planes de estudio en los cursos de formación continuada? 

Corresponde a la Comisión Nacional de la especialidad valorar eventuales cambios en el programa formativo. La Cardiología es una especialidad muy amplia y, en mi estricta opinión personal, si bien no considero necesarios grandes cambios en las rotaciones, sí es el momento de enfatizar la importancia de los conocimientos adquiridos durante las rotaciones en Medicina Interna del primer año de especialidad, así como del manejo holístico del paciente cardiológico. En otro ámbito, el del médico especialista, sí veo relevante realizar un esfuerzo en la actualización e investigación sobre las manifestaciones cardiovasculares de la COVID-19. Como comentábamos anteriormente, aún estamos en el proceso de aprendizaje de sus manifestaciones sobre distintos órganos y sistemas, así como de sus posibles repercusiones a largo plazo.