“La Planificación Compartida de la Atención defiende conceptos como el empoderamiento del paciente y la humanización”

24 oct 2018
“La Planificación Compartida de la Atención defiende conceptos como el empoderamiento del paciente y la humanización”

Julia Fernández Bueno, Francisco Javier Júdez Gutiérrez, Nuria Pérez de Lucas, Virginia Elena Carrero Planes, Sara Delgado Girón, Elena García Llana, Nani Granero Moya, Cristina Lasmarías Martínez, Iñaki Saralegui Reta y Tayra Velasco Sanz son médicos, psicólogos y enfermeros que componen el Grupo Español de Trabajo de Planificación Compartida de la Atención (PCA). Dichos expertos impartieron en el ICOMEM un curso de nivel avanzado sobre este tema los pasados días 16 y 17 de noviembre. En la siguiente entrevista explican qué es la PCA y qué aporta.

¿La Planificación Compartida de la Atención (PCA) está en el ámbito de otros conceptos como el empoderamiento del paciente o la humanización?
 
La PCA comparte elementos de ambas. Se plantea en el entorno de la toma de decisiones, basada en un proceso de comunicación respetuoso con la autonomía de las personas pero que las acompaña en dicho proceso. Es especialmente relevante en los momentos de alto riesgo de pérdida de la competencia para expresar decisiones o simplemente, para comunicarse con el entorno. 
Empoderamiento y humanización son subrayados que destacan también que quien enferma es un ser humano y que, aún en situación de vulnerabilidad y fragilidad, puede movilizar apoyos y recursos para afrontar las decisiones que le afectan.
 
¿Qué puede aportar la PCA en la toma de decisiones?
 
La PCA ayuda a anticipar, facilitar, acompañar el complejo proceso de toma de decisiones de cada persona enferma, con sus valores y contexto, acorde a las circunstancias que le afectan por la específica enfermedad que padece. Aporta estructura, recursos de afrontamiento, garantía de no-abandono.
 
¿Qué aspectos éticos y legales tienen que tener en cuenta los médicos en la PCA?
 
Los profesionales de la salud deben tener en cuenta que la PCA hunde sus raíces en la realidad antropológica y ética de que no se presta asistencia, no se atiende a enfermedades sino a enfermos. Personas con su realidad individual y su contexto socio-sanitario, que hay que acompañar. Por supuesto, también son sujetos de derechos y seres autónomos cuyos valores hay que respetar durante el proceso de atención.
 
¿Son materias como la PCA las que no están incluidos en el plan de estudios y que sin embargo, son de máxima utilidad en la práctica clínica diaria? 
 
En efecto, tenemos un reto enorme del hiato entre lo que constituye la formación “formalizada” de los profesionales de la salud y algunas de las herramientas básicas que deben ser cotidianas y manejadas con competencia en el desempeño de la atención clínica.
 
¿Es necesario incrementar la formación e información en la PCA? ¿En algunas especialidades en concreto o debería ser extensiva a todos los médicos en general?
 
Es necesario y fundamental. Como en todo “competencia” básica de la atención clínica hay grados de intensidad entre el conocimiento básico y el dominio avanzado de una competencia. Todo profesional que atienda a personas enfermas debe tener una capacitación mínima, sin menoscabo de que haya algunos profesionales que tengan un dominio más amplio para gestionar situaciones y contextos más complejos. En la PCA hay etapas y transiciones, que tienen que ver con el contexto clínico y emocional en el que se encuentra el paciente, esto conlleva situaciones que supongan más dificultad o que sean más específicas
 
¿Qué dificultades existen en la comunicación médico-paciente a día de hoy?
 
La falta de capacitación de los profesionales de la salud, como competencia básica que requiere desarrollo profesional continuo, el miedo a generar un perjuicio en la persona enferma al hablar de temas complejos, la insuficiencia de los programas de formación en los diferentes ámbitos (grado, MIR, desarrollo profesional continuo), así como en los diferentes retos de cada ámbito asistencial y de especialidad (urgencias, intensivos, primaria, pediatría, atención a crónicos, paliativos, etc.). También el despliegue de las rutinas asistenciales que generan “usos y costumbres” creando un currículo oculto, que se acostumbra a arrinconar las habilidades que se requieren para el desempeño de relaciones clínicas (gestión de la entrevista clínica, con su escucha, silencios, determinación de planes y cursos de acción compartidos; tiempos y espacios inadecuados; dificultad en el reconocimiento y manejo de las emociones; facilitación de la deliberación sobre decisiones y valores, etc.).
 
¿Cómo se pueden superar? 
 
Al menos, mediante la identificación de las carencias y necesidades, ajustando el radar, para detectarlas, la auto-reflexión de los profesionales para hacerse cargo y la formación con iniciativas institucionales, no meramente puntuales, para encargarse.
 
¿Puede recomendar algún artículo o libro sobre que puedan consultar los médicos sobre la PCA?
 
Pues el GET-PCA tiene el compromiso de desarrollar, en los próximos meses, materiales y publicaciones que articulen mejor lo que la PCA representa, pues es un desarrollo integrador e integral innovador que no está reflejado con los acentos que proponemos, aunque recoge lo mejor del “advance care planning” y del “shared decision making”. Publicaciones en torno a ambos elementos, serán útiles. 
 
En español, se va a publicar la traducción de un consenso europeo sobre “advance care planning” que se editó en 2017 en una iniciativa de la Asociación Europea de Cuidados Paliativos (European Association for Paliative Care, Rietjens, Lancet Oncology, septiembre 2017). Otro consenso, anglosajón, se publicó también en 2017 (Sudore, J. Pain Symptom Management, mayo 2017). 
 
Por otra parte, los distintos miembros del Grupo han avanzado publicaciones de interés en diferentes ámbitos geográficos, institucionales y asistenciales, según el ámbito de trabajo de cada uno. Pero, tenemos el reto de generar ahora trabajos conjuntos y en ello estamos. Los cursos del ICOMEM ofrecerán elementos básicos y avanzados de reflexión.