Dr. Juan González García: "La posibilidad de neutralizar virus mediante anticuerpos generados por personas que han superado la infección es real. Su eficacia y seguridad está por determinar"

20 abr 2020
Dr. Juan González García:

La ciencia avanza a pasos agigantados frente al SARS-CoV-2. En un futuro próximo, aparte de la vacuna, los principales fármacos que pueden cambiar la historia natural y el pronóstico de los pacientes deberían ser fármacos antivirales específicos, como ha ocurrido con los virus herpes o con el VIH. Así lo explica en esta entrevista el Dr. Juan González García, jefe de Sección de Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario La Paz de Madrid, y miembro de Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

 
  • ¿Cuál es su valoración sobre las cifras de esta pandemia en España y, en concreto, en Madrid? Factores a tener en cuenta.
Las cifras de la pandemia de la COVID-19 en España y, particularmente, en Madrid son, en estos momentos, de las peores a nivel de Europa y del Mundo tanto en incidencia de infecciones, hospitalizaciones, pacientes con necesidad de ingreso en UCI y mortalidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las cifras reales y su comparación con otros territorios o países habrá que analizarlas al final de la epidemia cuando se hayan registrado de forma homogénea los casos y cuando se haya analizado la tasa verdadera de población infectada
 
  • ¿Diría que ha habido falta de anticipación a la hora de tomar las medidas de contención? ¿Estas medidas han sido las adecuadas en tiempo y forma?
A juzgar por la cronología en la toma de medidas en distintos países -incluso, en España en distintos territorios-, es evidente que las medidas de contención tanto en territorio nacional como, concretamente, en Madrid, se tomaron más tarde de lo que era necesario para que tuvieran un mayor impacto sobre la transmisión del virus en la población. Los territorios que implementaron dichas medidas de forma más anticipada y con mayor impacto es posible que lo hayan hecho por disponer de una mayor información y capacidad de predecir la difusión de la infección al observar los ocurrido en otros países (China e Italia). No sé si la información disponible que motivó la toma de estas medidas iniciales de contención era suficiente para permitir anticiparse, pero lo que si es un hecho es que, cuando se tomaron estas medidas, ya habían perdido parte de su capacidad de ser efectivas. 
 
  • Habéis mostrado grandes dudas sobre los test de diagnóstico rápido. Incluso, habéis realizado un informe en relación con el sistema de detección microbiológico. ¿Por qué?
Vaya por delante que los estudios serológicos en las enfermedades infecciosas, en general, y en las viriasis, en particular, tienen gran utilidad tanto para el diagnóstico como para la valoración de población susceptible. Pero para que realmente sean útiles, es necesario que se hagan con tests con alta sensibilidad y/o alta especificidad dependiendo de lo que se esté valorando. En el momento actual, hay una oferta importante de tests. Muchos de ellos, sin la calidad necesaria. Además, estamos ante una presión social y de otros intereses para su implementación. Corremos el riesgo de que, si no se siguen unos criterios de calidad estrictos como los que se realizan en los servicios de microbiología para su implementación, se incorporen tests no adecuados que lleven a conclusiones individuales y para la población erróneas. Por otro lado, la interpretación del resultado no es blanco o negro. Requiere de un contexto clínico y/o complementado con otras pruebas como la PCR de COVID en exudaos respiratorios. Estos son los motivos por los que la SEIMC ha querido llamar la atención sobre los riesgos de implementar tests sin control por especialistas microbiologos/infectólogos  y, especialmente, cuando se pretende hacer de manera masiva.
 
  • ¿Cuándo cree que dispondremos de una vacuna? 
Hay muchos centros investigando desde hace semanas con un apoyo bastante fuerte y con equipos coordinados. Nunca es fácil predecir cuándo se dispondrá de una vacuna frente a una infección que acabamos de conocer, pero yo confío en la predicción de los investigadores expertos en el campo de las vacunas y de la virología que indican que debemos esperar entre doce y dieciocho meses.
 
  • Hasta entonces, ¿qué otras alternativas terapéuticas se están estudiando? ¿Qué fármacos podrán usarse en un futuro próximo?
Las opciones terapéuticas actuales se basan en fármacos que, sin ser antivirales, disminuyen potencialmente la replicación viral por datos in vitro. Tal es el caso de la hidroxicloroquina. La azitromicina, sin ser inmunomoduladores, se le atribuye un papel en frenar la secreción el exceso de mediadores inflamatorios como la IL6. También se especula con el uso de la colchicina. Por otro lado, estamos utilizando fármacos en la fase inflamatoria del tipo de corticoides o el tocilizumab.No debemos perder la perspectiva de que es una enfermedad infecciosa y, además, producida por un virus. Por tanto, en el futuro próximo, aparte de la vacuna, los principales fármacos que pueden cambiar la historia natural y el pronóstico de los pacientes deberían ser fármacos antivirales específicos, como ha ocurrido con los virus herpes o con el VIH.
 
  • Como parte del arsenal terapéutico se ha hablado también de un derivado del plasma sanguíneo anti SARS-CoV-2. ¿Es precipitado hablar de esta opción? ¿Será factible en algún momento?
Este es un abordaje potencialmente útil en un momento en que no disponemos de antivirales efectivos contra la COVID-19. La posibilidad de neutralizar virus mediante anticuerpos generados por personas que han superado la infección es real. Su eficacia y seguridad está por determinar. Probablemente en las próximas semanas conoceremos más datos al respecto. 
 
  • ¿Cree que esta pandemia va a a cambiar el modo de comportarnos? Es decir, ¿habrá más conciencia de lavado de manos, distancia social, etc?
 
Espero que sí. Debería hacernos más conscientes del rigor con el que tenemos que comportarnosen la vida cotidiana y en la atención sanitaria en lo que respecta a evitar la trasmisión de infecciones. Pero también nos pondrá de manifiesto que hay mecanismos de los que no eramos muy consciente del riesgo de transmisión de ciertas enfermedades como, por ejemplo, mantener una simple conversación sin la debida protección en momentos de epidemias de infecciones respiratorias.
 
  • ¿Considera que la vuelta al trabajo de algunos sectores puede provocar un nuevo repunte en el número de casos?
Es evidente que el desescalamiento de actividades es un riesgo para el repunte de casos ya que, cuando esto ocurra, una gran parte de la población será aún susceptible y la posibilidad de virus circulando en la comunidad será real. Que el riesgo se convierta en un repunte real dependerá de las medidas que se implementen en paralelo para minimizar ese riesgo. Hablamos, por ejemplo, del uso de mascarilla, del distanciamiento o del cribado de las población para conocer quién es susceptible, quién ya ha pasado la infección o incluso quién puede ser transmisor de la infección en un momento determinado. La capacidad de la sociedad para controlar estos factores puede determinar el éxito del desescalamiento (menor riesgo), sea este del tipo que sea.