Dra. María Teulón: “Es imposible ser un buen clínico sin ser un buen comunicador y mostrar empatía con nuestros pacientes”

20 jun 2019
Dra. María Teulón: “Es imposible ser un buen clínico sin ser un buen comunicador y mostrar empatía con nuestros pacientes”

"Habilidades personales para la práctica clínica en Ginecología" es el nombre del curso que la Dra. María Teulón González, tesorera de la Sociedad Madrileña de Ginecología y Obstetricia, coordina y que tendrá lugar en el Colegio de Médicos de Madrid los días 16 y 17 de octubre. En esta entrevista analiza la importancia de que los médicos cuenten con formación específica en herramientas que mejoren la relación con sus pacientes.

  • ¿Por qué es importante que los médicos se formen en habilidades personales? ¿Ha sido éste tradicionalmente un déficit que han tenido todos los facultativos? 
Resulta esencial que los médicos nos formemos en habilidades personales porque la mayoría de nosotros trabajamos a diario para y  con personas, que además suelen estar en una situación de especial vulnerabilidad, la enfermedad. Tradicionalmente la formación de las universidades se ha centrado en los aspectos teórico-técnicos de nuestra disciplina y no se nos han enseñado las herramientas básicas para establecer una relación médico paciente gratificante para ambos. Los médicos con más experiencia, hemos aprendido estas habilidades con el devenir de nuestra práctica y vivencias, ya que la enfermedad nos llega a todos. En ocasiones una simple experiencia personal como paciente o acompañante resulta muy reveladora,  sobre todo lo que se puede mejorar en este aspecto de nuestra actividad cotidiana.
 
  • ¿Es esta una manera de trabajar de forma proactiva en el concepto de humanización de la Medicina en la relación con el paciente? 
No me gusta mucho hablar de este concepto de humanización que últimamente nos ocupa tanto ya que llevo 25 años ejerciendo como médico y desde que era estudiante, he conocido excelentes profesionales con una relación hacia sus pacientes impecable en términos de afecto, humanidad, cercanía y compañía. 
 
Los médicos intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible, pero es cierto que hay aspectos que  siempre son mejorables. Es por ello que la Sociedad Madrileña de Ginecología y Obstetricia ha identificado un área de mejora en nuestra formación continuada, raras veces abordada. Diseñar un programa pionero en habilidades personales,  es una forma de complementar nuestra formación universitaria de forma práctica. Estoy segura que va a ser una experiencia muy provechosa para todos.
 
  • ¿Cómo cambia la recepción de una mala noticia si la comunicación el médico la realiza de un forma empática y desde el acompañamiento? 
En mi experiencia, la recepción cambia radicalmente, obteniéndose una percepción mucho mejor a pesar del dramatismo lógico del momento. Esto redunda, en una mejor aceptación, compresión y  mayor confianza por parte de nuestros pacientes, mejorando la adherencia al plan terapéutico propuesto y minimizando los conflictos posteriores.
 
  • ¿Es tan importante ser un buen clínico como un buen comunicador de cara a la atención del paciente? Dicen que en ocasiones puede llegar a ser tan esencial una buena palabra como un buen tratamiento…
 
En mi opinión es imposible ser un buen clínico sin ser un buen comunicador y mostrar empatía con nuestros pacientes. La complejidad técnica de nuestra profesión no debe entorpecer la relación persona-persona. Los médicos tenemos que dejar de escudarnos en nuestra jerga o situación de “ventaja” y no olvidar que trabajamos con seres humanos. Tampoco debemos olvidar que nosotros mismos somos personas y debemos aprender a manejar adecuadamente el gran componente emocional que supone enfrentarnos a diario con situaciones humanamente muy complejas. También somos en muchas ocasiones “segundas víctimas” de nuestra propia actividad.
 
  • ¿Deberían ser asignaturas obligatorias cuando se estudia Medicina las materias relacionadas con la inteligencia emocional, la asertividad, etc.? ¿Por qué? 
Si, creo que la formación emocional es importantísima y constituye un área de conocimiento “troncal” para todos los médicos independientemente de su especialidad. Nos  enseñan cosas mucho menos útiles y que la mayoría de nosotros no va a utilizar. Citando a mi admirado profesor Jovell, creo que sería esencial para los médicos del siglo XXI manejar con fluidez herramientas que fomenten las relaciones médico pacientes “efectivo-afectivas”. Una buena relación de confianza, entendimiento forjada desde la empatía, es la garantía de una relación médico paciente mucho más satisfactoria.
 
  • ¿La gestión del conflicto es otra materia en la que es importante que el médico esté formado? ¿En qué le beneficia? 
La indefensión y vulnerabilidad en la que se encuentra un paciente durante su enfermedad y el hecho de que los centros sanitarios sean organizaciones extraordinariamente complejas, hacen que los conflictos sean frecuentes e ineludibles. Sin embargo, una detección temprana y una resolución efectiva de los conflictos pueden tener efectos extremadamente beneficiosos para los profesionales y pacientes y bien enfocados pueden ser enriquecedores, porque suponen una oportunidad de cambio o mejora. 
 
Los conflictos elevan la tensión entre pacientes, acompañantes y compañeros del entorno laboral, contribuyen a generar burnout, y generan descontento y reclamaciones. Deben ser solucionados antes de que se cronifiquen. Cualquier formación sobre el abordaje de situaciones conflictivas redundará en un mejor clima laboral y en una mejor atención para nuestros pacientes.
 
  • ¿Cuáles suelen ser los conflictos más habituales a los que debe enfrentarse el profesional sanitario?
Los profesionales sanitarios nos enfrentamos a numerosas situaciones conflictivas con pacientes y compañeros. Un problema bastante habitual en los últimos años reside que en el estado de bonanza actual propia de países desarrollados, parece que hemos olvidado que por cuestiones biológicas podemos enfermar o morir. En el momento actual podría parecer que padecer una enfermedad parece que es culpa de un médico que no la ha visto o sabido evitar. 
 
Además, las esperas prolongadas, la falta de información o información contradictoria son fuentes seguras de conflictos. Asimismo, entre compañeros asistimos a luchas de poder, competencia, sobrecarga de actividad asistencial y trato desigual entre iguales, que hace que nuestra tarea diaria sea, en ocasiones, complicada de sobrellevar.
 
  • ¿Qué herramientas es esencial que conozcan los facultativos a la hora de resolver un conflicto? 
En mi opinión, son esenciales la paciencia, la serenidad y la escucha de todas las partes implicadas. En muchas ocasiones, dedicar un tiempo a resolver el conflicto, emplear unas palabras para calmar ánimos o mejorar la autoestima o percepción de la situación es una manera muy sencilla de resolverla. Demostrar interés y escuchar a las partes implicadas trae de la mano la solución al mismo.
 
  • ¿Podríamos establecer un decálogo de recomendaciones para mejorar las habilidades personales de los ginecólogos en su práctica clínica?
Sin duda, pero prefiero dejárselo a los magníficos profesionales que van a impartir el curso. Creo que todo podría resumirse en algo tan sencillo como: “Podrías ser tú el que está al otro lado de la mesa o en la cama, haz lo que te gustaría que hicieran contigo”. Tan fácil y tan difícil a la vez.